Si eres de esos fans de la saga Star Wars que crecieron con el concepto de "acero mandaloriano" y no con el de "beskar", seguro que te ves atrapado por ese inesperado regreso de Star Wars: Bounty Hunter. Eso significa, primero, que tienes ya más años que el bosque de Endor, y segundo, que posiblemente recuerdes con cariño la versión original de este juego de 2002. A mí me pasa. En realidad no había muchos motivos para recordar este juego, que ciertamente, era ramploncete, pero Aspyr ha logrado sacarle brillo a la armadura de Jango Fett y presenta una versión actualizada bastante potable.
Un regreso sorprendente, pero no perfecto
Lanzado en 2002 para PlayStation 2 y GameCube, Star Wars: Bounty Hunter nos metía en la piel del cazarrecompensas Jango Fett, en una aventura que servía como preludio a El Ataque de los Clones. La historia se sitúa una década antes de los eventos de la película y nos pone tras la pista de una Jedi Oscura y líder criminal, por encargo del misterioso Conde Dooku. El objetivo: eliminar esta amenaza y de paso, demostrar que Jango es el guerrero ideal para ser el modelo genético del ejército clon. Ahora, 20 años después, Aspyr nos ofrece una versión remasterizada para consolas actuales, mejorada en lo visual y con ajustes en la jugabilidad. Pero ¿es suficiente para que esta vieja gloria vuelva a brillar?
Una de las clásicas y originales presentciones del logo de Lucasarts
Para empezar, hay que reconocer el mérito de Aspyr al actualizar el juego para que luzca lo mejor posible en plataformas modernas: Las texturas mejoradas, la iluminación, la fluidez y la resolución hacen que el juego se vea lo mejor posible, dentro de las limitaciones de su diseño original. Jango Fett, con su icónica armadura cromada, refleja las luces y sombras de manera destacable, proporcionando una experiencia visual agradable para los nostálgicos. No esperéis un título de nueva generación, ¿vale? Este regreso cumple, y sorprende en algunos momentos, pero sigue siendo un juego de hace 20 años con algunas actualizaciones.
Otro aspecto positivo es la modernización del esquema de control. Jugar con los controles originales puede ser una tortura para aquellos que ya no estamos acostumbrados a las mecánicas de hace dos décadas. La nueva versión implementa un esquema de control más intuitivo y adaptado a los mandos actuales, lo cual es un gran alivio. Esto facilita bastante las cosas, haciendo que mover a Jango y enfrentarse a los enemigos sea una tarea menos frustrante que en el pasado. Además, el juego ahora incluye una linterna, una adición menor pero útil que mejora la visibilidad en áreas oscuras. Pero me resulta llamativo que a esta gente se les haya ocurrido ponerle una linternita al casco de Jango, bastante innecesaria, y no hayan pulido el control del jetpack.
Ese me ha parecido uno de los aspectos más frustrantes: en el juego original el control del jetpack de Jango era muy deficiente, y lamentablemente, esto no ha mejorado en la versión remasterizada. El jetpack sigue siendo un dolor de cabeza, con un manejo tosco y una cámara que no ayuda en absoluto durante los combates aéreos. O asciendes o te desplazas. Un poco raro, especialmente tras haber probado tantos jetpacks en tantos juegos a lo largo de los años. Se podría decir que este jetpack tiene "su propia personalidad", pero es una personalidad que va a hacer que no seaís demasiado amigos. Es desconcertante nadie haya pensado en darle un buen repaso a esta mecánica.
Además, aunque las mejoras visuales son notables, no pueden ocultar completamente el envejecimiento del diseño del juego. Star Wars: Bounty Hunter sigue viéndose viejuno, con niveles grandes, pasilleros y vacíos que nos recuerdan a la era de los primeros Tomb Raider. Los mapeados, aunque dan una sensación de gran escala, a menudo nos hacen dar vueltas sin sentido, buscando la salida, una puerta o un pasillo que nos permita avanzar. Esto puede resultar frustrante a veces, haciendo que el jugador pierda tiempo en actividades que no aportan mucho a la experiencia general. En mi primera partida me he pasado cerca de 10 minutos buscando una rejilla para salir de una sala, y eso ha sido en los 15 primero minutos de juego.
Nostalgia y realidad
La nostalgia juega un papel importante en cómo percibimos estos juegos. Volver a Star Wars: Bounty Hunter es una experiencia agridulce. Por un lado, es emocionante regresar a una aventura que muchos de nosotros recordamos con cierto cariño. Entiendo que este grupo somos el objetivo comercial principal de esta remasterización. Pero, por otro lado, enfrentarse a las mecánicas anticuadas y los problemas heredados del diseño original puede ser un choque con la realidad, y es que en su momento el juego original tampoco era sobresaliente: era para fans en 2002 y es para muy, muy fans en 2024.
Los que nos dejamos seducir por el lado oscuro de la nostalgia y tratamos de jugar con el esquema de control clásico, probablemente nos preguntemos cómo demonios podíamos jugar así hace 20 años. La respuesta es simple: en aquel entonces, no conocíamos algo mejor. Hoy en día, estamos acostumbrados a controles más fluidos y diseños de niveles más intuitivos, por lo que es de agradecer que Aspyr se haya esforzado por actualizar este aspecto, pero no han completado la tarea.
Hasbro Casco Boba Fett réplica de Star Wars con luz ponible Black Series 27.5x33x26.5cm PVC
La remasterización de Star Wars: Bounty Hunter por parte de Aspyr es un buen trabajo, pero no sobresaliente. Logra quitarle el polvo a la armadura de Jango Fett, pero no sacarle brillo como para que resulte algo recomendable para todo tipo de jugadores a día de hoy. Si puedes mirar más allá de sus imperfecciones y abrazar la nostalgia, Star Wars: Bounty Hunter puede ofrecerte unas cuantas horas de buen entretenimiento galáctico.
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