La nostalgia por los RTS clásicos está en alza. Si bien es cierto que nostalgia y éxito a veces van de la mano, muchos estudios se mantienen cautos y apenas rescatan ciertas mecánicas o aspectos clave de los juegos de estrategia en tiempo real más hegemónicos. Sin embargo, lo que ha hecho Slipgate Ironworks y 2B Games, la dupla de estudios que nos ha traído Tempest Rising, es lanzarse a la piscina de añoranza y crear una mezcla entre Command & Conquer y Red Alert. Sí, nos movemos en un terreno complicado por la fama y el legado de ambos juegos clásicos, pero, en este caso, Tempest Rising saca pecho de ser un juego que va más allá del simple homenaje y se disfruta como un sucesor espiritual la mar de disfrutón. Eso sí, quienes esperéis algo más, un proyecto que haga avanzar el género, este no es vuestro juego.
La idea, cómo no, nace de la necesidad. El último Command & Conquer se estrenó, si no contamos la versión remasterizada, en 2018 con una versión móviles que si bien mantuvo la licencia en el paraguas de Electronic Arts, pero no satisfizo a los jugadores. Si echamos la vista más atrás, nos tenemos que a 2012 con Tiberium Alliances. En este contexto de necesidad de una saga que marcó el final de los 90 y el principio del nuevo milenio, Tempest Rising busca apelar al jugador más veterano, pero no tiene miedo a ser tremendamente atractivo para el novato.
Con un planteamiento tan atractivo como 34 años tras una Crisis de los Misiles en Cuba que sí escaló a mayores y un planeta semi-destruido controlado por facciones semi-fascistas y ultracapitalistas; amén de uno de los despliegues visuales más bestias que te puedes encontrar en el género reciente —gracias a Unreal Engine 5—, he de decir que tras probar 5 horas de su versión beta, creo que podemos estar ante un buen proyecto. Solo el tiempo dirá.
Un apocalipsis militarizado y difícil como ninguno
Tempest Rising no deja de lado la épica. El RTS abre con una espectacular cinemática CGI que establece el tono de la historia, y aquí tenemos un primer choque si piensas que esto es un nuevo Command & Conquer. A pesar de esta cuidada producción, le falta algo del encanto desgarbado y ficticio de sus inspiraciones. Esto es especialmente evidente al darse cuenta de lo cercana que está su trama y diseño a Command & Conquer: facciones como la Global Defense Force y la Tempest Dynasty son prácticamente ecos del GDI y la Hermandad de Nod, aunque con un toque más sombrío. ¿Esto es malo? Para nada, pero hay que tomar a Tempest Rising como un proyecto que se toma muy en serio a sí mismo.
![Tempest Rising 1](https://i.blogs.es/50dd4b/tempest-rising-1-/450_1000.jpeg)
Y es que, hablamos de un RTS con una base narrativa potente que, aunque no es sino una excusa para emplazar los enfrentamientos que haremos, sí deja un buen regusto. El juego nos sitúa en un 1997 alternativo, donde la Guerra Fría se convirtió en un conflicto nuclear. En medio de este mundo devastado, surge un recurso llamado Tempest, un evidente paralelo al tiberio de Command & Conquer. La demo permite explorar las primeras misiones de las dos facciones principales: la GDF, que prioriza la inteligencia y la comunicación, y la Tempest Dynasty, enfocada en la adaptabilidad y el poder destructivo. Ambas facciones cuentan con mecánicas interesantes, como el marcado de objetivos de la GDF o las torretas lanzallamas de la Tempest Dynasty, que aportan variedad al combate.
![Tr Reveal Screenshot2](https://i.blogs.es/67d9df/tr_reveal_screenshot2/450_1000.jpeg)
Aunque la GDF apuesta por un enfoque táctico, la Tempest Dynasty resulta más emocionante de jugar gracias a sus opciones más agresivas y creativas. Sus unidades, como los Ignitors armados con lanzallamas, añaden un toque dinámico y visualmente impresionante al campo de batalla. Además, su flexibilidad estratégica, como la capacidad de transformar estructuras para diferentes usos de producción o militares, añade un nivel de profundidad que contrasta con la simplicidad de otras mecánicas del juego.
Un caos visual para un RTS que se degustaría más con cierto ritmo
Eso sí, y emulando a la saga de EA, especialmente a Red Alert, Tempest Rising ofrece un ritmo acelerado que requiere reflejos rápidos. Las construcciones, el movimiento de tropas y la recolección de recursos ocurren a toda velocidad, creando un dinamismo que puede ser abrumador para jugadores menos experimentados. Eso sí, aquí creo que Slipgate ha pecado de demasiada sobrecarga cognitiva. Y es que, aunque el desafío puede ser emocionante, también resulta caótico. No hay tiempo para asimilar tutoriales o estrategias más pausadas.
![Tempest Rising 2](https://i.blogs.es/961a29/tempest-rising-2-/450_1000.jpeg)
Además, el diseño de unidades y su comportamiento tienen algunos problemas, algo que habla regular de la demo pero no del juego completo, y es que son errores que se pueden corregir a futuro. Por su parte, la falta de colisión entre unidades genera extrañas aglomeraciones, y el hecho de que vehículos y soldados se muevan a velocidades similares rompe un poco la inmersión estratégica. Es divertido en su simplicidad, pero carece de la profundidad que podría esperarse en un RTS moderno; es casi como si apelase a la sencillez mecánica de los clásicos en lugar de aprovechar su profundidad en base a las mejoras actuales.
El problema es que para quien busque un proyecto más acorde a los nuevos tiempos, que suponga un paso más, ya sea pequeño o grande, en el género, este no es su juego pues Tempest Rising no está exento de carencias. Por ejemplo, algunas características estándar en el género actuales, como la posibilidad de guarnecer tropas en edificios civiles, están ausentes. Esto podría decepcionar a quienes esperaban una evolución más ambiciosa en Tempest Rising. Aun así, y como he mencionado, creo que aquí Slipgate juega en un terreno más cercano a la emulación de lo que hizo grande aquellos juegos que a ser un proyecto de referencia dentro del género, al menos en un ámbito más generalista.
![Tempest Rising 3](https://i.blogs.es/90de4f/tempest-rising-3-/450_1000.jpeg)
Sin embargo, no todo es conservador. Tempest Rising es de esos proyectos que aunque se ambienta en un caótico futuro, o pasado teniendo en cuenta que es 1997, su apartado visual brilla con luz propia sacando jugo de los contrastes de iluminación, las explosiones y, en general, cualquier detallito aquí y allá que implique épica bélica. Aún con todo eso, que no es poco, lo más destacable es la claridad con la que podemos degustar los combates desde el apartado visual, incluso en situaciones caóticas es fácil quedarse embobado con su fondo técnico.
Tempest Rising tiene el potencial de convertirse en un favorito para los fans de los RTS clásicos, aunque no está llamado a actualizar el género. Su demo puede dejar una una sensación agridulce, pero creo que hay que entenderlo como un retorno clásico, bajo un nuevo nombre, que como un paso más allá. Es divertido y cumple en muchos aspectos, y aunque su dependencia de fórmulas conocidas podría limitar su impacto, creo que el equipo va por el buen camino. Para quienes añoran los días de gloria de Westwood Studios, esto podría ser justo lo que estaban esperando.
Ver 1 comentario
1 comentario
Darthtrojan
No conocía este juego, soy un fanático de los RTS en general, y los Command and conquer en particular.
Si es como los clásicos, sin Audiencias modernos y otras mierdas, tiene mi atención