El poder que vamos a tener que utilizar en este Santuario es del Paralizador y además tendremos que afinar la puntería con él en su parte final
Si las soluciones de los Santuarios de Zelda: Breath of the Wild se caracterizan por algo es por el hecho de tener que hacer un uso intensivos de los poderes que Link dispone en su piedra Sheikah. Para el caso que nos ocupa, el Santuario de Nubbat, el protagonista es el poder Paralizador, pero en esta ocasión vamos a tener que utilizarlo para ''lanzar'' algunos objetos si queremos superarlo y hacernos con sus tesoros.
Ubicación del Santuario de Nubbat
El Santuario de Nubbat está situado en una de las laderas del gran cañón que hace de frontera natural entre la región de las Colinas de Hyrule, la de la Cordillera de Hebra y la de Tabanta. Está a nivel del suelo, así que realmente todo lo que hay que hacer descender con la ayuda de la paravela y encaminarnos a su entrada.
Solución al Santuario de Nubbat
Este santuario se caracteriza por el uso intensivo del poder paralizador de la piedra Sheikah. Nada más salir del elevador, veremos que hay un engranaje con una rampa de piedra acoplada a él, y una roca que cae del extremo derecho por otra. Es evidente que lo que tenemos que hacer es paralizar el engranaje cuando la rampa esté en horizontal para que la piedra pueda atravesar con suficiente impulso la sima para golpear el pulsador que abre la verja a la siguiente sección.
En esta segunda zona, si lo que queremos es no entretenernos, podemos dirigirnos a la enorme losa de piedra en vertical que hay en esta sección, y dispararle una flecha bomba para que caiga sobre el pulsador que abre la reja al altar con el símbolo de valía. El método alternativo para hacerlo, lo explicaremos ahora, en la sección de los tesoros del Santuario de Nubbat.
Dónde están los tesoros del Santuario de Nubbat
Los dos tesoros de este Santuario deben conseguirse usando el método que originalmente se había pensado para abrir el pulsador final: usar dos objetos contundentes paralizados para lanzarlos hacia pulsadores que abren las puertas en donde están escondidos los tesoros. El primero es uno en el que primero hay que tumbar o despejar del camino algunos bloques de piedra con la ayuda de unos barriles de piedra también que hay cerca.
Hay que repetir la operación dos veces: la primera para quitar de en medio los cubos de piedra; y la segunda para lanzar en sí el barril para que golpee el pulsador y abra la verja. Os recomendamos que lo coloquéis como se muestra en la imagen de más arriba y uséis un arma de tipo mandoble o gran bumerang para ajustar mejor el ángulo de golpe.
El segundo tesoro no requiere que lancemos un barril de piedra varias veces, sino que paralicemos una enorme esfera y la golpeemos con la suficiente fuerza como para que supere la pendiente que hay en su zona y se pose sobre la gran losa de presión que abre la puerta al segundo tesoro.
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