En no pocas ocasiones, los Santuarios de Zelda: Breath of the Wild que Link debe resolver se encuentran de forma natural si vamos a ''piñón fijo'' con la intención de completar las misiones de la trama principal; esto es, ir a recuperar el control de las bestias divinas. Es el caso del Santuario de Shaua, el cual nos pilla de camino cuando vamos al campo de entrenamiento de los orni a hablar con Teba. En esta guía os explicamos cómo superar dicho santuario y hacernos con sus tesoros.
Ubicación del Santuario de Shaua
Como os explicábamos, llegar al santuario de Shaua no tiene más misterio que seguir el camino que bordea lo que es la zona sur del poblado orni hasta llegar a la zona de entrenamiento de los guerreros de la tribu. Cuidado igualmente porque las bajas temperaturas de la región os obligarán a protegeros del frio. Lo suyo sería llevar comida picante o, si os lo podéis permitir, comprar algunas piezas de ropa que venden los orni en sus tiendas.
Solución al Santuario de Shaua
Este santuario es más de observación que de raciocinio como otros. Hay que tomar unas corrientes de aire ascendente hasta llegar a la parte de arriba del todo en la que está el altar con el símbolo de valía que queremos para otorgarle más corazones o resistencia a Link.
El problema es que al llegar casi arriba, no parece que haya otro ventilador que nos permita flotar con la paravela hasta el altar, pero eso es porque tiene truco; está oculto en el interior del gran pilar flotante que hay justo antes de llegar a la parte de arriba. Nos impulsamos con el que nos eleva aunque no nos permita llegar arriba, y planeamos hasta la zona que os mostramos en la siguiente imagen.
Ahora todo es impulsarse con ese viento hasta arriba, y caer sobre la plataforma en la que está el altar. Aunque os recomiendo que no vayáis directos a la salida, porque hay unos cuantos tesoros en este santuario.
Dónde están los tesoros del Santuario de Shaua
El primero se encuentra muy facilmente mientras subimos, de hecho lo veremos porque está en la misma plataforma desde la que un mini guardián trata de derribarnos mientras ascendemos arriba del todo. Lo suyo es liquidarlo y recogerlo.
El segundo está en dirección opuesta a la zona sobre la que flota la estructura que sostiene el altar. Simplemente, con el ventilador que nos impulsa hasta donde ya no podemos ascender más, nos orientamos hacia él y nos posamos en la pequeña plataforma que lo contiene para abrirlo; luego es repetir la jugada de usar el penúltimo ventilador para alcanzar el que está oculto y salir del Santuario.
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