Es un santuario relativamente complicado si no conoces las propiedades del hielo en el juego de Nintendo
Existen algunos Santuarios de Zelda: Breath of the Wild que pueden ser tan desafiantes como frustrantes. La mayoría suelen centrarse en puzles o desafíos de lógica, habilidad y observación, y del que venimos a hablaros aquí no es que sea muy diferente a esos pero tiene una solución un tanto obtusa. Aquí encontraréis cómo llegar al Santuario de Utak y la forma de resolverlo para obtener su tesoro.
Ubicación del Santuario de Utak
El Santuario de Utak está en la falda suroeste de la Meseta de Opall, en la Cordillera Gerudo. Llegar a el, por la zona recóndita y sin muchos puntos de viaje rápido cercano es algo complicado, pero no especialmente difícil, aunque necesitaréis protección contra el frio.
El principal problema es que la entrada está custodiada por dos Invocantis de Hielo y la entrada bloqueada por un enorme témpano de hielo. Los invocantis se pueden eliminar fácilmente acertándoles con una flecha de fuego o golpeándolos con un arma que tenga propiedades de dicho elemento (lanza, espada o mandoble, da lo mismo).
Para desbloquear la entrada, necesitaréis al menos 5 fechas de fuego, o si no queréis gastarlas, ir encendiendo fogatas al lado del témpano para derretirlo. Al fundirse, pierde superficie y tendremos que hacer otra fogata más cerca con madera y pedernal. Por suerte, no hay que fundirlo del todo para que se desbloquee la entrada y podamos bajar.
Solución al Santuario de Utak
Si creíais que la parte anterior era pesada, esta lo va a ser más aún. El guardián del Santuario nos reta a que llevemos un bloque de hielo a la entrada del altar en el que reposa. Hay uno en el centro de la estancia, pero el problema son los aspersores de fuego que hay por todo el recorrido.
La primera parte nos es muy difícil y todo se basa en no pasar muy cerca de las llamas con el cubo y vigilando la que gira y nos corta el paso de tanto en cuanto, pero hay tiempo de sobra para pasar con el bloque de hielo sin que se funda.
En la segunda sección, tenemos que aprovecharnos de que el hielo resbala por el suelo al lanzarlo para tratar que supere los aspersores que hay a la altura por la que lo llevaríamos. Alternativamente, es posible avanzar algo más lento si no estáis seguros de este método sacando un cubo de metal que hay más adelante y bloqueando los aspersores parcialmente.
Evidentemente, luego hay que volver a poner el cubo metálico en la lava para cruzar llevando el bloque de hielo hasta la siguiente sección, en la que tendremos que usar otra vez el bloque de hierro para bloquear más aspersores flamígeros que fundirían el cubo.
En la parte final, ya no nos es posible bloquear el fuego de ninguna manera. Lo único que podemos hacer es tirar el cubo lo más cerca que podamos y hacer que atraviese rápido las llamas. Se fundirá un poco, pero no tanto como para no ser aceptado por el guardián.
Para pasar, tendremos que usar una última vez el cubo de hierro a modo de paraguas contra el fuego. Recogemos el cubo y ascendemos hasta el altar para que se abra la verja y podamos recoger por fin el símbolo de valía.
Dónde esta el tesoro del Santuario de Utak
Antes de coger el hielo y ponernos a sortear las llamas, quizás queráis llevarlo a un hueco que asoma a la izquierda de donde lo recogemos. El truco está en dejarlo en el suelo cerca de la elevación para auparnos con él y alcanzar el único tesoro que hay en este santuario.
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