Querido diario... Espera, ¿he empezado así de verdad? Vale, tacha eso. Empecemos de nuevo. A ver, ¿alguna vez has jugado a un juego de supervivencia? Ya sabes, esos juegos en los que empiezas siendo un ‘matao’ que no sabe ni hacer un hacha de piedra y acabas dominando todo el maldito mapa. Sí, justo esos. Pues imagínate algo similar, pero con colmillos y una sed de sangre irrefrenable. Eso es V Rising, un juego que cuando mi jefe me lo propuso me hizo levantar la ceja escéptico, pero que me ha tenido pegado a la pantalla más horas de las que quiero admitir.
En V Rising, es un RPG estupendo, que ya pudimos disfrutar en PC y que llega con una genial adaptación a PS5 en la que encarnamos a un vampiro recién despertado de un letargo de siglos. Débil, desorientado y con un castillo en ruinas. Tu misión: recuperar tu antigua gloria y convertirte en el amo y señor de toda la región. Suena chupado, ¿verdad? Qué ingenuo, no tienes ni idea de lo que te espera. Pero no te preocupes, yo ya he pasado por este infierno virtual y he sobrevivido para contarlo. Así que siéntate, abre bien las orejas (o los ojos, que esto es un artículo escrito después de todo) y déjame contarte cómo han sido mis primeras 20 horas en V Rising.
Horas 1-5: Soy un hazmerreír
Querido diario... Dios, lo he vuelto a hacer. En fin, que sepas que estas primeras horas en V Rising han sido durillas. Y mira que sé de infiernos, que para eso soy un vampiro. Nada me había preparado para la humillación de ser apaleado por un bichejo random. Sí, has leído bien. Yo, un orgulloso señor de la noche, siendo vapuleado por un mindundi. Si mis ancestros levantaran la cabeza…
Querido diario... Dios, lo he vuelto a hacer. En fin, que sepas que estas primeras horas en V Rising han sido durillas
Pero es que no es solo eso. Intenta salir de caza y date cuenta de que eres alérgico al sol. Literalmente. Un paso en falso y ¡puf!, achicharrado como un pollo al ast. Ya no te digo nada sobre recolectar recursos. ¿Quieres madera? Pues ale, a recolectar palitos como un vulgar esbirro. Mira, yo pensaba que ser vampiro era estar en la cúspide de la pirámide de criaturas del mal, pero ahora mismo mi vida tendría más sentido si fuese uno de esos vampiros brillantes de Crepúsculo. Al menos ellos pueden salir de día sin convertirse en una barbacoa andante.
Y luego está el asunto del castillo. ¿Te acuerdas de la impresionante fortaleza de Drácula, con sus gárgolas, sus torres imponentes y sus puertas levadizas? Pues olvídate de eso. Ahora mismo, mi "castillo" son cuatro paredes lamentables y un techico que no para de gotear. Si esto sigue así, voy a tener que pedir a los aldeanos que me acojan en su villa. Y eso sí que sería el colmo de la humillación para un vampiro. En resumen, estas primeras horas han sido un desastre. Pero oye, al menos no me ha matado un ajo... todavía.
Horas 6-10: Empiezo a sacar los colmillos
Ojo, ojo, ojo. Parece que las cosas empiezan a mejorar para este humilde servidor de la noche. Después de unos inicios poco prometedores (por no decir absolutamente desastrosos), por fin empiezo a sentirme como un auténtico vampiro.
¿Sabes ese momento en que pasas de vivir en una caja de cartón a tener un apartamento de verdad? Pues algo así me siento
Para empezar, he pateado el culo al primer gran jefe. Y cuando digo patear el culo, me refiero a que he logrado no morir a los treinta segundos de empezar la pelea. Pero oye, un progreso es un progreso. Además, he conseguido equipamiento nuevo. No es que sea gran cosa, pero me hacen parecer menos un indigente y más un verdadero señor de la noche. Adiós a los harapos, hola a la capa de terciopelo negro.
Pero no todo han sido victorias. También he tenido mis momentos de humillación, como cuando intenté cazar a un lobo y acabé siendo perseguido por toda una manada. O cuando intenté asaltar el castillo de otro vampiro y acabé cayendo en todas y cada una de sus trampas. Pero bueno, supongo que son gajes del oficio. No se puede ser un señor de la noche sin romperse algunos colmillos por el camino.
Horas 11-15: Ojito que mi castillo empieza a molar
¿Sabes ese momento en que pasas de vivir en una caja de cartón a tener un apartamento de verdad? Pues algo así me siento yo con mi castillo ahora mismo. Después de unos inicios en los que mi hogar se parecía más a una choza de Minecraft que a un verdadero castillo, por fin empiezo a tener un lugar digno de un señor de la noche.
He mejorado las paredes, añadido algunas torres e incluso he puesto un par de gárgolas en la entrada. Sí, ya sé que las gárgolas no sirven para nada en términos de jugabilidad, pero oye, el estilo ante todo. Ahora, cuando los otros vampiros pasan por delante de mi castillo, ya no se ríen. Qué va. Ahora me miran con una mezcla de respeto y envidia. O puede que sea hambre, a veces es difícil de distinguir.
Un vampiro sin cultura es como un libro sin páginas
Pero no todo es estética en mi nuevo hogar. También he añadido algunas mejoras funcionales, como una forja para crear armas más poderosas y una biblioteca para investigar nuevas habilidades. Porque ya se sabe, un vampiro sin cultura es como un libro sin páginas. O algo así, no soy muy bueno con las metáforas.
En cuanto a mis habilidades, también he notado una mejora sustancial. Ahora puedo transformarme en rata, lo que es increíblemente útil para escapar de situaciones peliagudas. También he aprendido a invocar lobos espectrales. Alucinante. Porque si algo he aprendido en mis años de vampiro, es que siempre es mejor que alguien más haga el trabajo sucio por ti....
Horas 16-20: El servidor es mío
Querido diario... ¿Sabes qué? A la mierda. Ya no necesito empezar así. Ahora soy el amo del servidor y puedo hacer lo que me dé la gana. ¿Quieres saber cómo han sido mis últimas horas en V Rising? Pues agárrate fuerte, porque ha sido un no parar. Para empezar, ahora tengo un séquito de esbirros que me siguen a todas partes. Por supuesto, es porque soy un líder nato, además de cumplir mis promesas, con misiones variadas para mis mejores minions. A veces, un vampiro tiene que hacer lo que un vampiro tiene que hacer.
Ser el rey de V Rising es agotador, aun así, alguien tiene que hacerlo. Y ese alguien, querido diario, soy yo
Ah, y por supuesto, el dulce sabor de la victoria. Después de días de combates PvP y de construir un castillo digno de Drácula, por fin me sentía el amo y señor del servidor. Pero claro, no contaba con que otros vampiros tuvieran la misma idea.
Resulta que en V Rising, asaltar castillos es el pan de cada día. Y no, no hablo de lanzar huevos a las ventanas, sino de invocar un maldito gólem gigante para derribar las murallas. La primera vez que vi uno de esos bichos, pensé que era una broma. Hasta que empezó a destrozar a mis preciosas paredes de piedra.
Así que he tenido que aprender a las mañas cómo defender mi territorio. Total, que resulta que necesitas estas piedras de asedio de golem para atacar, y que puedes conseguirlas derrotando a un jefazo llamado Tera Geomante. Pero no todo han sido desgracias. También he descubierto que puedes saquear los castillos de otros usando explosivos si sus defensas son de madera. Nunca pensé que diría esto, pero gracias a Dios por la química.
Así que sí, estas últimas horas han sido intensitas. De pronto estás en la cima del mundo, y al siguiente estás mordiendo el polvo, mientras reconstruyes tu castillo. Pero oye, así es la no vida de un vampiro en V Rising. En fin, que me voy a relajar en mi trono de huesos mientras mis siervos me traen un vermucito de sangre fresca. Ser el rey de V Rising es agotador, aun así, alguien tiene que hacerlo. Y ese alguien, querido diario, soy yo.
Ver 0 comentarios