Leones mecánicos, espadas de juego, brujas y robots gigantes de espacio; normal que Voltron fuera un hito cultural entre los chavales de los 80
Voltron, aunque no sea la serie de animación ochentera más conocida en España, ha sido un auténtico fenómeno cultural en Estados Unidos y Japón durante décadas. Han pasado más de 40 años desde que cinco leones robóticos del espacio se juntaran para dar forma a un robot gigante y formar parte de la vida de muchos chavales. Su legado ha seguido creciendo a través de series de animación, cómics, videojuegos y, cómo no, juguetes. Ahora, Voltron se enfrenta a su mayor reto: conquistar al público global con su adaptación cinematográfica, protagonizada por el mismísimo Henry Cavill. Sin embargo, lo que muchos desconocen es que este fenómeno cultural tiene su origen en un simple error postal.
De Japón a Occidente por accidente
El origen de Voltron está ligado a un curioso error que cambió el rumbo de la televisión infantil en Estados Unidos. A principios de los 80, el estudio estadounidense World Events Productions buscaba traer a occidente una serie de robots japoneses para cautivar al público infantil, en competencia directa con los míticos Transformers. Encargaron a la compañía Toei Animation el envío de los derechos de la serie Mirai Robo Daltanias, pero un malentendido hizo que recibieran las cintas de otra serie, Beast King GoLion. Lejos de corregir el error, los responsables de la producción americana decidieron que les gustaba más lo que habían recibido. Así nació Voltron: Defender of the Universe, adaptando, editando y censurando parte del contenido original para ajustarlo a los estándares occidentales, algo muy común en aquella época.
Un universo que cala en la cultura pop
El argumento de Voltron sigue a un equipo de cinco pilotos: Keith, Lance, Pidge, Hunk y Sven (posteriormente reemplazado por la Princesa Allura), quienes controlan cinco leones mecánicos que, al unirse, forman el gigantesco robot Voltron. Juntos, defienden el planeta Arus del malvado Imperio Galra, liderado por el cruel Rey Zarkon, quien busca conquistar el universo. A lo largo de la serie, los pilotos de Voltron enfrentan a los monstruosos Robeasts, criaturas creadas por la magia de la Bruja Haggar, y luchan para proteger la paz galáctica. Imposible no tener 8 años y no quedarse prendado de semejante premisa.
Voltron no se limitaba a ser una serie de robots gigantes peleando contra villanos del espacio. Que está muy bien siempre, en cualquier caso. A pesar de estar dirigido a un público infantil, la serie escondía una mitología complicada llena de temas interesantes. La historia original de GoLion, la versión original nipona de Voltron, hablaba de un universo en el que el conflicto entre el bien y el mal se desarrollaba durante miles de años y en múltiples planetas. Aunque muchas de estas complejidades se diluyeron al adaptarla para occidente, los fans más atentos notaban la profundidad que se ocultaba tras las explosivas batallas. Claro, tenía mucha influencia de Star Wars, en plena efervescencia en aquellos años, pero también ese tipo de historias profundas que tanto gustan en Japón. Pero sin duda la serie resultaba atractiva por su estética, especialmente para los chavales. De hecho, es común escuchar que el Voltron original influenció en la creación de historias posteriores de ciencia ficción como Pacific Rim, que comparte con Voltron esa idea de gigantescas máquinas con espadas enfrentándose a monstruos en batallas épicas. Y claro, ¿qué decir de Bioman, Power Rangers y demás Super Sentai?
Uno de los factores clave en el éxito de Voltron en los años 80 fue la espectacular línea de juguetes que acompañaba a la serie. No sólo eran populares entre los niños, sino que también se convirtieron en un objeto de culto entre coleccionistas. Los icónicos leones mecánicos que se combinaban para formar el gigante Voltron se vendían como pan caliente. Este éxito comercial no fue un caso aislado. Voltron no solo se peleaba con Transformers en las televisiones por lograr la atención del público más joven en pantalla, también en las estanterías de las jugueterías. El merchandising de Voltron se convirtió en una parte esencial de su éxito en Estados Unidos. La serie se mantuvo en lo más alto de las listas de audiencia durante dos años consecutivos, llegando a ser la serie infantil más popular en Estados Unidos, superando incluso a pesos pesados como He-Man y G.I. Joe.
Threezero - Voltron: Defensor del Universo - Robo-Duo Voltron Figura Coleccionable (Red)
Aunque muchas veces se la compara con Transformers por sus similitudes, Voltron tiene una identidad propia dentro de la cultura pop. Desde España nos es difícil comprender la escala del fenómeno y la presencia que Voltron tenía en el día a día de los niños norteamericanos de los 80. Peter Cullen, quien dio voz a Optimus Prime en Transformers, también narró la introducción de Voltron, creando un lazo interesante entre ambas franquicias rivales. A pesar de estas conexiones, Voltron tenía algo que lo diferenciaba: la forma en que cada batalla culminaba con el uso de la Espada Llameante, un arma tan poderosa que prácticamente resolvía la mayoría de los combates. Nunca entenderé por qué no la utilizaban desde el principio de la pelea. Este recurso narrativo sería emulado posteriormente en producciones como Pacific Rim, donde se hizo famoso el momento en el que Gipsy Danger utiliza un barco para atacar a uno de los kaiju. Los guiños a Voltron han sido una constante, y no resulta extraño ver juguetes, camisetas o todo tipo de mercha en series y películas de la época, o en Big Bang Theory.
La evolución de Voltron
No todo en Voltron eran gigantescos robots peleando por salvar la galaxia. La serie también tenía sus momentos extraños, como la inclusión de un grupo de ratones espaciales que ayudaban a los protagonistas y, en un episodio particular, estos mismos ratones construyeron su propio "mini-Voltron". ¿Por qué no? Aunque esta versión diminuta no tuvo mayor relevancia en la trama, es un ejemplo de cómo la serie sabía combinar la épica espacial con el humor absurdo típicamente japonés, una mezcla que no siempre funcionaba, pero que le daba un toque único y éxotico en Occidente.
A pesar de que otras franquicias tuvieron un mayor impacto global, gracias especialmente a una mejor distribución en Europa, Voltron ha logrado algo que pocas franquicias de su época pueden presumir: mantenerse relevante durante más de cuatro décadas. Esto ha sido posible gracias a varias reinvenciones a lo largo de los años, que han ido actualizando esta mitología tratando de captar tanto a viejos fans como a una nueva generación de espectadores.
Henry Cavill: el Voltron de carne y hueso
Ahora, Voltron está listo para dar el salto a la gran pantalla con una adaptación cinematográfica en la que Henry Cavill, conocido por interpretar a Superman y Geralt de Rivia, tomará el rol principal. A la espera de avances con su proyecto de Warhammer 40.000, la preproducción de la película de Voltron parece estar bastante avanzada, con el inicio de su rodaje este mismo otoño con Rawson Marshall Thurber de director. No es descabellado pensar que este film podría colocar a Voltron en el mismo nivel de popularidad global que ha alcanzado Transformers con sus adaptaciones recientes.
Que un simple error postal haya dado origen a una de las series más queridas por los fans de la ciencia ficción y los robots de dimensiones descomunales es una historia tan curiosa como la propia serie. Desde su nacimiento, Voltron ha sabido encontrar su espacio en un mercado sobresaturado de oferta. Para aquellos que quieran revivir o descubrir las emociones de este curioso universo, todas las temporadas de Voltron: Legendary Defender están disponibles en Netflix.
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