La fiebre por los manhwas, cómics procedentes de Corea del Sur, no deja de crecer. Un gran ejemplo de ello es Solo Leveling o The Begining After the End, pero hoy le llega el turno a Tower of God. Mentiría si os dijera que tenía fichada esta obra o su adaptación anime, pero lo cierto es que acabé encontrando esta última en uno de los destacados de Crunchyroll un día cualquiera. Sin embargo, hubo algo que hizo que me animara a darle a reproducir el primer capítulo: su argumento. A priori, tan parecida a juegos como Persona 3 o Let It Die, la historia de este anime se centra en subir pisos de una extraña torre. Recordando las cientos de horas pasadas en ambos juegos, le di una oportunidad. El resultado fue que no pude parar de verla. Ahora, su segunda temporada se encuentra en emisión y, si al igual que yo, tampoco conocíais este anime, permitidme que os hable de él.
El lugar en el que ver las estrellas
Tower of God no es un anime de recientemente emisión. Han pasado 4 años desde que los seguidores de la obra de SIU comenzaran la travesía por la torre en la piel de Bam, un joven que acaba allí por amor. En dicho lugar, el que alcance la cima tendrá la posibilidad de acceder a todo lo que existe en el mundo, pero Rachel solo quiere ver las estrellas. Así, cuando la joven decide sacrificarse para ir a la torre, Bam termina detrás de ella.
Sin embargo, la torre no es un lugar pacífico; dentro hay muchas pruebas que superar y toda clase de personajes con diferentes aspiraciones por el camino. La travesía de Bam no será sencilla, aunque tenga poderosas armas consigo. Lo interesante a priori de la serie es el misticismo que rodea a la torre. Es un lugar ajeno a las reglas del mundo, que guarda toda clase de misterios y secretos. Es precisamente lo que ocurre en Persona 3 con el Tártaro o en Let It Die con la Torre de Barb; son lugares que resultan atractivos de explorar.
La influencia de la saga Persona parece bastante obvia cuando se trata de la puesta en escena. Solo en el primer capítulo, el uso del color, las sombras y las figuras podrían estar sacadas de cualquier videojuego de Atlus, pero con la animación tan personal y característica de un manhwa. De la misma manera, hablar de subir pisos y no nombrar a Sword Art Online no parece razonable, más aún cuando la acción entre en juego en Tower of God. Bam parece ser uno de esos protagonistas con una habilidad excepcional para destacar. Armado con una katana que decide prestarle su poder, se convierte en un guerrero a lo Kirito en los primeros capítulos, aunque menos diestro en el combate. De hecho, uno de los principales retos será el de subir los pisos, tarea que no siempre le será sencilla.
Pero lo interesante de la serie comienza con la revelación de secretos, lanzando un bombazo como fin de temporada. Una espera que los seguidores han tenido que soportar 4 años para saber cómo continúa, pero que en mi caso no se ha dado lugar. La primera temporada tiene tan solo 13 capítulos, por lo que es una serie perfecta para hacer un pequeño maratón.
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