Como todos, supongo, yo también he visto estos días el vídeo de ElRubius reivindicando su amor por Nintendo 3DS. Al parecer, el influencer se compró una en Wallapop antes de un viaje y la pequeña de Nintendo le llegó a gustar más, según sus palabras, que Switch o Steam Deck, lo cual ha llegado a centrar las miradas, incluso las de los coleccionistas (y especuladores) sobre esta portátil.
¿Es una exageración lo que ha dicho ElRubius? Mucha gente se lo plantea, tras el éxito que ha tenido Nintendo Switch o la buena acogida del PC con forma de consola portátil de Valve, pero recordemos que las últimas generaciones de Nintendo en el terreno portátil no fueron en absoluto fracasos. Nintendo 3DS vendió 75 millones de unidades. Puede sonar menos que los 140 millones que lleva Switch (aunque Nintendo DS vendió 150 millones), pero siguen siendo ventas espectaculares que cualquier compañía firmaría.
La cuestión, de todas formas, no es sobre las ventas. Puedo entender que mucha gente vea a Nintendo Switch como una consola avanzando o incluso superior, pero entiendo perfectamente el racionamiento que hace ElRubius aquí. Yo no lo catalogaría de mejor o peor, pero sí de distinto. Con la llegada de Switch o Steam Deck, se ha perdido el verdadero concepto portátil que a mí me hizo enamorarme de estas máquinas desde la primera Game Boy: y es que los juegos tenían otro concepto. Otro diseño.
Juegos portátiles para consolas portátiles
Como eran juegos exclusivamente portátiles, se tenía este concepto siempre en mente durante todo el desarrollo. Se creaban juegos de forma rápida, sin ser innecesariamente largos, centrados en un concepto a menudo original y, sobre todo, que captara la atención rápidamente. Estaban centrados en proporcionar un entretenimiento que pudiera durar horas, pero también cinco minutos mientras esperabas a alguien en la calle.
Esto no se puede lograr con los juegos actuales. La mayoría de las producciones que aparecen en Switch o en Steam Deck son magníficas, claro está, pero no son juegos portátiles: son juegos que puedes jugar en una consola portátil, que es distinto. Es decir, se trata de juegos de sobremesa, con un diseño de sobremesa (largo, complejo, profundo) que gracias a la tecnología moderna puedes reproducir en dispositivos que sujetas con las manos. Pero toda esa filosofía de diseño portátil no existe prácticamente. Si intentas jugar a uno de estos juegos durante 5 minutos mientras esperas a alguien, lo más probable es que pierdas casi todo el tiempo en cargar la partida, acordarte de qué tienes que hacer y dirigirte a algún punto a empezar realmente a jugar.
Esto no es malo per se, es que estos juegos están hechos para tomarse su tiempo, tumbarte en el sofá y dedicarle una sesión larga. De igual modo, yo he tenido muchos juegos de DS o 3DS que nunca jugaba en casa, y siempre los relegaba para los trayectos o vacaciones. Tengo grandes recuerdos de juegos como Wario Ware, Rhythm Heaven y Osu! Tatakae! Ouendan! (o la versión occidental de Elite Beat Agents) asociados normalmente con estar fuera de casa, con la consola en el bolsillo, abriéndola para jugar instantáneamente una partida rápida.
Por supuesto, había juegos largos y juegos cortos. Pero incluso en las franquicias conocidas había diferencias. Pese a que los dos sean grandes juegos, se nota el ritmo distinto entre jugar un Fire Emblem Awakening o a un Three Houses. Entre jugar a un Zelda de GameCube o Wii y a los de DS o 3DS. A Link Between Worlds fue un juego que me encantó por tener un diseño de Zelda clásico, portátil y rápido. Es por eso que reivindico tanto que no todo sean Breath of the Wild y Tears of the Kingdom y estoy contento con la llegada del remake de Link’s Awakening y Echoes of Wisdom, que reivindican más ese espíritu rápido y portátil.
No sé exactamente las razones por las que ElRubius dice que le gusta más Nintendo 3DS que Switch o Steam Deck, pero apostaría que algo de esto hay en su argumento. Las portátiles pequeñas de Nintendo siempre han sido para mí sinónimo de inmediatez y una filosofía de diseño que prácticamente se ha perdido. Yo, aunque disfruto mucho de Switch y Steam Deck (y considero que hay juegos independientes que todavía tienen este diseño) las echo mucho de menos. No necesito anteponer una a la otra, pero miro atrás en mi librería y veo un montón de juegos únicos, cuyas limitaciones tecnológicas eran aprovechadas para crear conceptos frescos y creativos. Algo que cada vez veo menos.
Eso sí, si me preguntas a mí, me quedo con Nintendo DS antes incluso que con 3DS. No solo tuvo un catálogo más amplio y variado, sino que la dificultad de portar juegos tradicionales a ella, sus limitaciones tridimensionales y su concepto pionero de doble pantalla (con permiso de las Game & Watch), lápiz táctil y micrófono, crearon títulos únicos, raros y muy especiales. Es una pena que, a día de hoy, casi todo el mercado demande experiencias excesivamente profundas. Son muy pocos los juegos que hacen las grandes compañías enfocados en la experiencia rápida, corta y satisfactoria. Y, como dice ElRubius, no tiene nada que envidiar a las portátiles actuales.
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