Hoy en día, vemos a Valve como uno de los grandes pesos pesados de la industria del videojuego. El equipo de Gabe Newell ha hecho historia con juegos como Half-Life o Counter-Strike y ha cambiado el funcionamiento de todo el sector con Steam como tienda estrella de PC. Sin embargo, la compañía estuvo a punto de desaparecer hace más de 20 años durante el desarrollo de Half-Life 2 debido a una situación extremadamente crítica: una demanda contra un conglomerado gigantesco que redujo los fondos de la empresa hasta niveles alarmantes. Y todo tuvo un final feliz gracias a un becario que salvó a la desarrolladora de entrar en bancarrota.
Esta historia se ha desvelado en el reciente Half-Life 2: 20th Anniversary Documentary; un documental de 2 horas de duración que profundiza en todas las características y dificultades alrededor del desarrollo de dicho juego. En resumidas cuentas, todo empezó porque Vivendi, que había comprado Sierra Entertainment obteniendo así los derechos para distribuir Counter-Strike en tiendas físicas, decidió licenciar el shooter en cibercafés. En otras palabras, Vivendi estaba cometiendo una infracción de copyright porque realmente no tenía permiso para llevar el multijugador de forma digital a dichos establecimientos. Y, al quejarse formalmente, los padres de Steam iniciaron una guerra que casi acaba con ellos.

La demanda que se convirtió en "la Tercera Guerra Mundial"
En el documental, Newell y su equipo recuerdan que el conflicto pasó de ser una mera sugerencia a un enfrentamiento sin cuartel. "Fuimos a Vivendi y dijimos 'Hey, esto no es gran cosa, sólo aceptad que está fuera de vuestra licencia. Gastamos un poco en honorarios para los abogados, algunas decenas de miles para cubrir eso y seguiremos adelante'. Y ellos no quisieron hacerlo", recuerda Scott Lynch, director de operaciones de Valve. "Terminamos presentando la demanda, pero sólo con esta idea de 'Hey, tribunal, ¿podéis leer esto y decir si ellos [Vivendi] están fuera o no de la licencia?'. Y Vivendi decidió empezar la Tercera Guerra Mundial".
"La compañía estaba cerca de la bancarrota, yo estaba cerca de la bancarrota. Lo apostamos todo. No había más dinero" (Gabe Newell).
Esto dio lugar a un tira y afloja plagado de negociaciones, visitas a los tribunales y disputas; Valve logró superar todo esto con sus propios profesionales legales. No obstante, la situación dio un giro radical cuando Vivendi cambió su estrategia: "Contrataron un bufete de abogados grande y aterrador de San Francisco. Pensaron, 'De acuerdo, Valve ha tenido algo de éxito en este caso, así que debemos cambiar su estado mental de 'Creemos que tendremos éxito' a 'Seremos destruidos'", recuerda Karl Quackenbush, abogado de Valve. La compañía se enfrentó a un buen puñado de contrademandas, "todo desde cancelar el acuerdo de 2001, obtener los derechos de toda la IP de Half-Life, impedirnos hacer Steam"; Vivendi la tomó personalmente con Newell y Lynch, logrando que invirtieran su propio dinero en el caso, y optaron por enviar representantes a sus casas para infundir algo de miedo.
"No es una estrategia legal, básicamente es intentar intimidarte. En otras palabras, estás diciendo, 'No sólo vamos a tomar todo este dinero de la compañía, también tomaremos vuestro dinero'", señala el jefe de Valve en el documental. Y es que, entre los años 2000 y 2005, Vivendi era conocida por ser un conglomerado multinacional con muchísimo poder y Valve sólo era una desarrolladora que tuvo éxito con un par de juegos."Comparados con nosotros, sus fondos eran infinitos. Se sintió muy como David contra Goliath", expresa el productor Erik Johnson para ilustrar la situación. A fin de cuentas, Newell recuerda que "Las tácticas que estaban utilizando sólo intentaban dejarnos sin dinero. [...] La compañía estaba cerca de la bancarrota, yo estaba cerca de la bancarrota. Lo apostamos todo. No había más dinero". Y este problema judicial se extendió a lo largo de todo el desarrollo de Half-Life 2.

El becario que salvó a Valve de su bancarrota
Ante tal sangría de dinero, Valve intentó recaudar más fondos haciendo tratos con distribuidoras a cambio de desarrollar Counter-Strike 2; acuerdos que, como te imaginarás, no salieron adelante. Igualmente, Vivendi se enteró del esfuerzo del estudio para estabilizarse financieramente y continuó su ataque. Mientras, los responsables de la desarrolladora sólo querían que el juez del caso confirmara que Vivendi estaba infringiendo derechos de autor al distribuir Counter-Strike en cibercafés. "Pedimos información sobre lo que estaban haciendo en Asia, incluyendo Corea, y, creo que para hacernos la vida más difícil, produjeron un montón de documentos en coreano. Todo, desde emails a contratos", continúa Quackenbush.
"Es sólo un intento para abrumarnos con decenas de millones de páginas de documentos con la idea de que no hay nada en ellos que pudiera ser particularmente problemático para su caso", añade Newell. "Para que nosotros eventualmente gastáramos dinero, lo que les vendría bien, o nos rindiéramos porque era encontrar una aguja en un pajar. Y entonces encontramos la aguja en el pajar". Porque el único miembro de Valve capaz de leer documentos en coreano sin problemas era un chico llamado Andrew (el apellido no se menciona en el documental) que estaba como becario en el estudio. Su fluidez con el coreano como idioma nativo y su especialización en estudios coreanos por la Universidad de California en Los Ángeles fueron el golpe de suerte que necesitaba Valve.
El equipo mandó a Andrew a revisar un par de miles de documentos enviados por Vivendi y el joven encontró la clave que resolvería todo el conflicto judicial. Así lo recuerda Quackenbush: "Entonces [Andrew] dijo, 'Bueno, están estos emails entre estos vicepresidentes, en los que uno dice algo como, 'Hey, hemos destruido esos documentos de Valve como pediste''". En otras palabras, Vivendi había admitido en unos emails compartidos con Valve que estaba destruyendo pruebas que pudieran complicar su caso. Ante esta evidencia, el tribunal se puso a favor del estudio desarrollador y confirmó la infracción de copyright por parte de Vivendi. Y todo esto fue posible gracias a un becario que estuvo en el lugar adecuado y en el momento adecuado; alguien que, sin saberlo, salvó a la que hoy es una de las mayores empresas de la industria de los videojuegos.
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nrianvega
Dado como destruyen a la industria con su 30% de cobro por publicar juegos. Debido a su monopolio y su abuso de half life. Más de uno está esperando que estén a punto de banca rota.