No suelo jugar en PC. Tras ocho horas delante de un ordenador picando tecla, poco me apetece seguir delante del mismo aparato durante mi tiempo libre. Y además, tengo un problema: con el tipo de títulos que me gusta jugar en PC no tengo medida. Lo que me entró con Total War: Warhammer 2 fue digno de que me hicieran una intervención amigos y familiares. Así que procuro tomarme las cosas con calma. Pero el otro día me asaltó una opinión en redes sociales sobre un pequeño juego que mezcla dos cosas que me apasionan: el cine y los videojuegos de gestión. ¡Y qué vicio!
A ver, yo gestionando soy un poco desastre, pero este juego me ha ofrecido las opciones justas para pasar un buen rato convirtiéndome en el directivo de un pequeño estudio que arranca su andadura en Hollywood en los años 70 y pretende hacerse un nombre en la industria con grandes franquicias multimillonarias. Os hablo de The Executive: Movie Industry Tycoon, lo último de Goblinz Publishing y Aniki Games. Un título de gestión que nos pone al frente de una productora y nos desafía a convertirnos en el próximo rey de Hollywood.
Una joya modesta pero adictiva
Si buscas un juego con un apartado técnico despampanante, este no es para ti. The Executive: Movie Industry Tycoon es un título humilde, con un apartado gráfico muy sencillo y una jugabilidad basada en la toma de decisiones a través de pestañas. Pero ahí está su magia: te engancha sin necesidad de florituras visuales. Desde el primer momento, te ves eligiendo el género de tus películas, el director que las llevará a cabo y los actores que protagonizarán tus historias. Parece fácil, pero cada decisión impacta en la recepción crítica y en la taquilla. Y pronto descubres que el camino al éxito en Hollywood es más complicado de lo que parece.
Intenté triunfar en Hollywood pero la oblea fue inmensa
Así que intenté triunfar en Hollywood pero la oblea fue inmensa. Comencé haciendo pequeñas películas que lograron una acogida bastante positiva entre los críticos y los espectadores. Es curioso cómo el juego traduce esa parte de la industria con referencias claras a plataformas como Rotten Tomatoes y publicaciones especializadas del mundillo. Incluso en su traducción al español, hay guiños a revistas míticas de nuestro país. Y no me fue mal. La verdad es que empecé a lograr notoriedad y a llenar las arcas bastante rápido.

El gran batacazo de las superproducciones
Así que con dinero en el banco y los críticos y espectadores en el bolsillo, hice lo que cualquiera habría hecho en mi lugar: apostar por franquicias chulas con presupuestos loquísimos. Si con las pequeñas producciones me había ido bien, con más dinero, mejores directores y efectos especiales más avanzados, tenía que irme aún mejor, ¿verdad? Pues no. Fue un fracaso monumental. Cada megaproducción en la que me metía acababa siendo un desastre de crítica y taquilla. Como si mi estudio hubiera entrado en la fase John Carter de su historia.
Un fracasado detrás de otro. Curiosamente, me salvó de la bancarrota el mercado doméstico: ¡los VHS! . Y es que The Executive: Movie Industry Tycoon tiene momentos en los que introduce cambios técnicos en la industria a los que tienes que adaptarte. De repente, mis fracasos en taquilla encontraron una segunda vida en el mercado doméstico. Y eso me dio una idea: apostar por el modelo de la Cannon y hacer cine de serie B.

El nuevo rey del cine de Serie B
Si no podía ser el nuevo Spielberg, sería el nuevo Roger Corman. Me lancé a producir cine de acción barato, películas de ciencia ficción con robots mal animados y terror con monstruos de goma. Pero oye, pues tampoco. La taquilla no respondió. Sin embargo, lo que sí funcionó fue algo que jamás habría imaginado: la comedia romántica de medio pelo. Y claro, cambiando ligeramente la fórmula, añadiendo piratas aquí y un OVNI allá, al final empecé a hacer este tipo de películas como salchichas. Y, a lo tonto, un pastón. ¡Y el reconocimiento de mis pares!
Al final empecé a hacer este tipo de películas como salchichas. Y, a lo tonto, un pastón
Con cada película aprendí más sobre el juego. Descubrí que, más allá de la simple toma de decisiones sobre qué películas hacer, el título esconde un profundo sistema de análisis de mercado. Estar atento a las tendencias y responder con rapidez a lo que el público quiere es clave. Y, aunque en un principio mis grandes producciones me llevaron al borde del abismo financiero, con el tiempo logré convertirme en un magnate del cine de bajo presupuesto fijándome en lo que quería el público. ¡Es el mercado, amigo!
Un juego para amantes del cine y la estrategia
Si te gusta el cine y no te da miedo un juego de hacer click en pantallitas de color gris, tal vez quieras darle una oportunidad a The Executive: Movie Industry Tycoon. No es el típico simulador de gestión con gráficos ultra detallados, no es nada épico y, siendo sincero, tampoco es muy atractivo, pero tiene algo que lo hace especial: la sensación de progreso real, de que tus decisiones importan y de que la historia de tu estudio es única en cada partida.
En 3DJuegos | Para muchos es un juegazo de Star Wars pero he vuelto a darle una oportunidad y sigo sin entender por qué
Entrar y enviar un comentario