En el año 2016, Apple introdujo una novedad muy celebrada en las versiones más caras de la línea MacBook Pro: la Touch Bar. En resumidas cuentas, la función principal de este elemento era tomar el lugar de los botones físicos de funciones para, en su lugar, apostar por una barra táctil que permitiera a los propietarios gozar de una mayor interactividad. Y, aunque la idea fue muy celebrada, en la práctica no ha salido tan rentable como Apple esperaba.
En esencia, esta tira OLED permitía despedirse de los clásicos botones dedicados a funciones concretas. Además, era compatible de forma nativa con programas como QuickTime, Vista Previa y Safari, una situación que enriquecía el ecosistema de Apple, ya que las principales virtudes de la Touch Bar exprimían las posibilidades de apps de la compañía. Sin embargo, el poco apoyo de empresas externas y su pertenencia a las líneas más caras de MacBook Pro provocó que, poco más de un lustro después, Apple se despida de la Touch Bar.
Una novedad llamativa que pasó sin pena ni gloria
La intención principal de la Touch Bar era sustituir los botones físicos de funciones. A su vez, también era el complemento perfecto a las aplicaciones citadas e, incluso, permitía escribir emojis de forma rápida, práctica y cómoda. Sin embargo, como mucha gente no apostó por el modelo caro, los usuarios vieron que no era necesario exprimir las bondades de la Touch Bar para disfrutar de su MacBook Pro. Y, por ende, el interés tanto de la propia Apple como de compañías externas en esta función comenzó a descender.
Hoy, como señala el portal The Verge, Apple ha puesto a la venta su nueva línea de ordenadores portátiles y ninguno incluye la citada Touch Bar. De esta forma, lo que nació como una curiosa novedad en 2016 ha pasado, menos de una década después, al baúl de los recuerdos tecnológico que guarda otras tantas innovaciones similares. De esta forma, su inclusión en los modelos más caros y su escasa funcionalidad más allá de lo estético provocó que, para desgracia de la Touch Bar, su adiós fuera más temprano y abrupto de lo esperado.
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