En las últimas horas se ha intensificado la batalla por dominar la industria mundial de fabricación de chips. A raíz de las sanciones de Estados Unidos, China ha tenido que improvisar para dar carpetazo al bloqueo tecnológico que está sufriendo como consecuencia directa de dicho movimiento. De hecho, incluso Japón se ha sumado a esta iniciativa y, por ello, la propia China ha lanzado varias advertencias para evitar llegar a problemas mayores.
Sin embargo, como indica el portal TechSpot en una reciente publicación, no existe un país en el mundo que gaste tanto dinero como China en máquinas de fabricación de chips. En los primeros seis meses del año, los asiáticos invirtieron 25.000 millones de euros, una cifra que planean igualar en lo que resta de 2024. Por ello, China ya se encuentra por delante de Corea del Sur, Taiwán y Estados Unidos combinados en la compra de máquinas para la fabricación de chips. Pero, a raíz de las sanciones de los norteamericanos, China no tiene acceso a las máquinas más avanzadas del mercado.
La expectativa es que este gasto se reduzca en los próximos años
Para compensar la situación relacionada con las sanciones, China está enfocada en comprar todo el equipo de fabricación disponible, ya que su intención es mejorar sus capacidades de producción (especialmente para nodos de procesadores maduros). Así, Beijing ha instado a las empresas a adquirir más equipos especializados de forma anticipada, una maniobra con la que planean cubrirse las espaldas ante la hipotética llegada de nuevas restricciones de Estados Unidos. De hecho, al menos 10 fabricantes de “segunda categoría” en China están comprando nuevas herramientas de forma agresiva, situación que impulsa aún más el gasto del país.
Gracias a su actividad, China sigue siendo una fuente significativa de ingresos para los fabricantes de equipos. Por ello, en este momento representa hasta el 49% de los ingresos de ASML y también cuenta con porcentajes significativos en otras firmas como Applied Materials, Tokyo Electron o KLA. Así, el gasto de los asiáticos ha elevado la intensidad de capital de la industria de chips por encima del 15% durante cuatro años consecutivos, pero se espera que la situación se normalice una vez China sea capaz de construir sus nuevas plantas de fabricación de chips.
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