Estados Unidos gasta miles de millones de dólares en contrarrestar el crecimiento de China, y esa es una noticia que no convence a muchos

En los últimos años, el conflicto tecnológico entre Estados Unidos y China no ha dejado de escalar. A través de distintas maniobras y sanciones, ambas regiones han buscado debilitar a su rival a la vez que intentan dominar varias industrias del sector. Por ello, los esfuerzos económicos tanto de Estados Unidos como de China no dejan de crecer. Y eso, en esencia, ha provocado que algunos senadores norteamericanos se encuentren en una posición compleja.

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Como informamos unas semanas atrás, Estados Unidos tiene la intención de invertir entre 3.000 y 4.000 millones de dólares en compañías del país para producir chips para armamento militar. Así, el principal candidato es Intel, la firma norteamericana que cuenta con una dilatada experiencia en la producción de este tipo de elementos. No obstante, esta inversión mayúscula no termina de convencer a algunos senadores estadounidenses que, en resumidas cuentas, creen que el país está destinando demasiado dinero a la producción de los citados chips.

Estados Unidos dedicará más de 50.000 millones de dólares al crecimiento de la industria tecnológica

Aunque la intención de los norteamericanos es invertir entre 3.000 y 4.000 millones de dólares, esta es solo una pequeña parte de lo que tienen en mente. Así, según recoge el portal JeuxVideo, los estadounidenses quieren destinar hasta 53.000 millones de dólares al crecimiento de su industria tecnológica. Y, aunque ello podría derivar en una hipotética independencia de los productos de otros países, también supone un esfuerzo económico sin precedentes.

Durante años, Estados Unidos ha intentado que sus compañías crezcan con la intención de despedirse de, por ejemplo, los chips de Taiwán y China. Sin embargo, en la actualidad más de un 50% de los chips que utilizan las compañías norteamericanas proceden de TSMC, el gigante taiwanés que domina con mano de hierro el sector. Por ello, los norteamericanos tienen un amplio camino por delante de cara a lograr la esperada independencia tecnológica, pero esperan conseguirlo con inversiones multimillonarias al alcance de muy pocos países.

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Imagen principal de Robert Linder (Unsplash)