Europa aprueba una ayuda de 5.000 millones de euros para Taiwán que va en contra de los intereses de Estados Unidos y China

Ninguna compañía se encuentra a la altura de TSMC en lo que a producción y distribución de chips se refiere. La compañía taiwanesa es, por méritos propios, la absoluta dominadora del mercado, ya que sus innovaciones y sus avances le han permitido encontrarse por delante de otras firmas como Intel o Samsung. Y, después de una ayuda estatal que ha aprobado la Comisión Europea tras varios meses de negociaciones, TSMC podría aumentar todavía más su liderazgo del sector.

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Como indica el portal Reuters en una reciente publicación, Europa aprobó una ayuda de 5.000 millones de euros para la construcción de una planta de chips de TSMC en Dresde, Alemania. Esta, en principio, tendrá un coste total de 10.000 millones de euros. Además, supondrá una construcción histórica, ya que es el primer proyecto aprobado en Alemania bajo la Ley de Chips de la UE y, además, el mayor subsidio aprobado hasta la fecha. Por ello, se espera que la planta se convierta en un proveedor clave para la industria europea, teniendo un especial impacto en los fabricantes de automóviles que tendrán más margen de maniobra.

Alianza con empresas europeas

Aprovechando la noticia, el mismo medio recuerda que TSMC formó una empresa conjunta conocida como European Semiconductor Manufacturing Company (ESMC). Esta filial se creó junto a varias compañías europeas (Robert Bosch, Infineon y NXP), teniendo todas ellas una participación del 10%. Además, también se reveló que la planta operará como una fundición abierta, razón por la que cualquier cliente, incluyendo empresas más pequeñas y universidades, podrán hacer pedidos para la producción de chips específicos.

Al centrarse en chips para aplicaciones automotrices e industriales, esenciales para la manufactura europea, esta fábrica no será vanguardista con tecnología para IA o smartphones. Así, los chips producidos incluirán unidades de microcontroladores (MCU) utilizadas en vehículos para ventanas, frenos y sensores. Sin embargo, no será la única gran planta que se construirá en Europa: Intel, el gigante norteamericano que atraviesa sus horas más bajas, está a la espera de la aprobación de su proyecto para levantar su fábrica en Magdeburg.

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Imagen principal de Alexandre Debieve (Unsplash)