Previo a la crisis en la industria del videojuego, que se ha traducido en recortes, despidos y proyectos cancelados, la industria tecnológica fue la primera que sufrió estos terroríficos vaivenes con las conocidas como "olas de despidos tras la super-contratación de la pandemia". Si bien la situación parecía estable, ahora Intel vuelve a sumar una tanda de recortes catastrófica de más de 10.000 trabajadores en todo el globo mientras la compañía pasa uno de sus momentos más críticos con importantísimos desafíos financieros tras registrar pérdidas del 61% en beneficios.
Hace apenas unos días, varios medios e informantes cercanos adelantaron que Intel volvería a anunciar una nueva oleada de recortes, que seguiría a los ya conocidos del pasado junio y abril de este mismo año (sin mencionar los producidos en 2023), tras aprobar un nuevo plan de reducción de costes tras un periodo dramático. Finalmente, la mala noticia se ha tornado en una aún peor realidad con un recorte del 15% de su plantilla, lo que se traduce en nada menos que 15.000 empleados, aunque esta cifra podría aumentar hasta los 19.000 trabajadores según The Verge.
"Reduciremos segmentos, eliminaremos áreas de responsabilidad superpuestas, detendremos trabajos no esenciales. Nuestros ingresos no han crecido como se esperaba y aún no nos hemos beneficiado plenamente de tendencias poderosas, como la IA", cita el comunicado firmado por Pat Gelsinger, director ejecutivo de Intel, compartido a los trabajadores y que podemos leer en su web.
Intel en números rojos
En el periodo comprendido entre abril y junio de 2024, Intel reportó una pérdida neta de 1.610 millones de dólares, una caída dramática comparada con el beneficio neto de 1.481 millones de dólares obtenido en el mismo trimestre del año anterior. Esta notable disminución en sus resultados financieros ha generado una fuerte reacción en el mercado, con una caída del 19% en sus acciones durante las operaciones posteriores al cierre de Wall Street.
Imagen de Intel
El segmento de Client Computing Group, encargado de fabricar chips para PC, fue uno de los pocos puntos positivos en el informe, con un aumento del 9% en sus ingresos, alcanzando los 7.410 millones de dólares. Sin embargo, la unidad de Centro de Datos e Inteligencia Artificial no tuvo el mismo desempeño, con ingresos de 3.050 millones de dólares, un 3% menos que las expectativas de StreetAccount, que esperaban 3.140 millones de dólares.
Pat Gelsinger, CEO de Intel, reconoció la decepción de los resultados del segundo trimestre, pero destacó que la compañía ha alcanzado hitos clave en tecnología de procesos y productos. "Las tendencias del segundo semestre son más desafiantes de lo que esperábamos", comentó Gelsinger. Finalmente, David Zinsner, director financiero de Intel, indicó que los resultados se vieron afectados por los gastos más altos de lo habitual relacionados con negocios no esenciales y el impacto de la capacidad no utilizada. Zinsner aseguró que las medidas de reducción de gastos ayudarán a mejorar las ganancias y fortalecer a la compañía en los años venideros.
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