Para los amantes del cine de terror, 28 Años Después es uno de los proyectos cinematográficos en producción más ilusionantes, el regreso de una interesante saga de zombis/infectados que ya revolucionó el género en su momento y que ahora regresa con intención de revolucionar la manera de rodar las películas.
Un regreso esperado
28 Años Después es la nueva entrega de la saga iniciada con 28 Días Después, la película que en su momento marcó un antes y un después en el cine de zombis. Danny Boyle, quien en 2002 optó por filmar la cinta con cámaras digitales Canon XL-1 en un momento en que el cine aún se aferraba al celuloide, ha demostrado ser un director que no teme romper las reglas. El resultado fue una estética visual cruda, casi amateur, que se convirtió en parte fundamental de la atmósfera aterradora y apocalíptica de la película.
La trama de 28 Años Después nos sitúa, como indica su título, 28 años después de los eventos originales. Aunque los detalles argumentales aún se mantienen en secreto, se ha confirmado un reparto de lujo encabezado por Jodie Comer, Ralph Fiennes y Aaron Taylor-Johnson. Cillian Murphy, protagonista de la primera entrega, también hará una aparición, aunque su papel será pequeño. El guion ha sido coescrito por Alex Garland, colaborador habitual de Boyle y quien también estuvo detrás de la historia de la película original.
Imagen de 28 Días Después
Rompiendo moldes: rodar con un iPhone 15
Lo que realmente distingue a 28 Años Después de otras películas de zombis no es solo su trama o su impresionante reparto, sino el hecho de que ha sido filmada íntegramente con un iPhone 15 Pro Max. Según ha confirmado Wired, Boyle y su director de fotografía habitual, Anthony Dod Mantle, tomaron la decisión de rodar la película usando este dispositivo, llevando la innovación técnica a otro nivel que fuera fiel al espíritu original del rodaje de 28 Días Después. Aunque en el pasado ya ha habido algunas producciones independientes filmadas con teléfonos inteligentes, como Tangerine de Sean Baker o Unsane de Steven Soderbergh, nunca se había hecho algo tan ambicioso en una película de gran presupuesto.
Estamos hablando de una producción con un presupuesto de 75 millones de dólares, lo que la convierte en la película más cara jamás filmada con un smartphone. Pero no os dejéis engañar: aunque la cámara principal sea un iPhone, la película ha contado con todo tipo de equipamientos profesionales adicionales, desde lentes adaptadas hasta micrófonos de alta gama, para garantizar que el producto final tenga una calidad cinematográfica impecable. El iPhone 15 Pro Max cuenta con tecnología de grabación en 4K, soportando ProRes a 60 fotogramas por segundo y ofreciendo un perfil de color plano que facilita la postproducción. Esto es una auténtica proeza técnica que, sin duda, marcará un hito en la forma en que se producen las películas en el futuro.
Con su estreno programado para el 20 de junio de 2025, los fans del cine de terror y los apasionados de la tecnología están ansiosos por ver el resultado de esta arriesgada apuesta. ¿Será 28 Años Después tan innovadora como promete?
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