Con 359 millones de dólares recaudados a nivel mundial no hubo otra peli en la década de 1980 hasta Batman que triunfara tanto en taquilla como E.T.. Por eso puede sorprender que el legendario film de ciencia ficción de Steven Spielberg no tuviera secuela alguna ni nada parecido. Hubo intentos, pero todos se dieron de bruces con el deseo del cineasta estadounidense de dejar intacta la obra.
Y no resultó fácil. Según ha admitido el director en una reciente entrevista no tenía ningún derecho con la película, en el sentido de que su palabra importaba poco a nivel legal, pero luchó con uñas y dientes para evitar que rodaran la "2":
"Fue una victoria muy reñida porque no tenía derechos. Antes de E.T., no tenía muchos derechos. No tenía lo que llamamos una "congelación", que permite impedir que un estudio haga una secuela, porque tienes poder de veto para detener secuelas, remakes u otros usos adicionales de la propiedad intelectual. No tenía nada, solo lo obtuve justo después del estreno de E.T. por su éxito".
Spielberg explica en una charla recogida por THR que hacer una secuela de E.T. no era una muy buena idea. Lo intentó, pero se dio cuenta que no iba a ser capaz de escribir una historia adecuada. "Simplemente no quería hacerla. Coqueteé con la posibilidad un poco, solo para ver si se me ocurría algo en lo único en lo que podía era en un libro que escribió alguien, llamado The Green Planet, donde íbamos a poder ir al hogar de E.T. y ver cómo vivía. Pero fue algo que funcionaba mejor como novela de lo que creo que hubiera sido como película", comentó.
The Green Planet, la secuela novelizada de E.T.
Escrito por William Kotzwinkle y basado en la obra maestra de Spielberg, este relato se presentaba con el interés de permitir a la audiencia conocer de dónde viene el extraterrestre, quién es realmente y cómo es su propio mundo distante. "Regresa con E.T. al Planeta Verde, donde sus habitantes son los amos supremos de todo lo que crece en la galaxia. Pasea por sus inmensos jardines encantados, a los que ET. ha regresado con el geranio de Gertie, una afición por la comida basura y un amor devorador por el terrícola Elliott y su familia", leemos en su sinopsis.
Desde luego, E.T. hubiera perdido el encanto de peli juvenil que tan entrañable hizo al taquillazo de 1982, y volver a apostar por una historia podría haber sido visto como una repetición de la fórmula. En definitiva, como bien apunta Drew Barrymore (salió en el film con ocho años), fue la mejor decisión: "¿A dónde nos llevaría esto? Sólo compararían la nueva peli con la primera, y lo que fue perfectamente como obra independiente quedaría expuesto a críticas".
Pero bueno, todos aquellos que siempre soñaron con ver el reencuentro de Elliot con la criatura alienígena siempre podrán ver el anuncio para una firma de TV por cable que protagonizaron ambos en 2019 y que podéis ver sobre estas líneas. Lo que está claro es que no nos hemos olvidado de E.T., tanto que la película acabó duplicando su taquilla con el paso de los años hasta llegar a 793 millones.
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