Cuando se estrenó Harry Potter y la piedra filosofal en 2001, todos los niños de por aquel entonces quedaron maravillados por el mundo mágico de J.K Rowling y también por sus dulces; un surtido de golosinas mágicas que cualquier pequeño querría disfrutar al menos una vez en su vida. Ranas de chocolate, grajeas de todos los sabores, chicle, empanada de calabaza, pasteles de caldero o varitas de regaliz eran tan solo algunas de las opciones y todas ellas venían de la mano de la señora del carrito del Expreso de Hogwarts. Este personaje, que apenas aparece durante unos segundos en algunas películas, parecía de lo más entrañable, pero tuvo una escena que muy pocos conocen durante El legado maldito que cambia su concepción para siempre.
El terror del Expreso de Hogwarts
La primera aparición de este personaje ocurre durante la novela Harry Potter y la piedra filosofal. En un inicio, se trata de una anciana entrañable que vende golosinas vagón por vagón. No es que quiera llamarla "la señora del carrito", pero es que, en las pocas intervenciones que tiene a lo largo de la saga, descubrimos que hasta ella misma ha olvidado su nombre, ya que se trata de un personaje muy longevo. Ahora bien, vender dulces no es su única función.
En las películas nunca se ha dado el caso, pero ¿alguna vez os habéis preguntado qué pasa si un alumno intenta escapar del tren en mitad del viaje? Teniendo en cuenta que este puede ser abordado por dementores o mortífagos, tampoco parece tan loco que algún alumno quiera salir de allí. Pues bien, esta situación se da durante El legado maldito, la octava novela de la saga que se centra en uno de los hijos de Harry Potter y en el de Draco Malfoy.

Así, cuando Albus y Scorpius intentan escapar del tren y suben hasta el techo del mismo, esta aparece tirando de su carrito. "Albus. La bruja del carrito con comida", le advierte el hijo de Malfoy. Al ser formato teatro, la escena se describe así:
Scorpius gira a Albus en la dirección correcta y vemos a la bruja del carrito de la comida, que se acerca con aire despreocupado, empujando su carrito.
"¿Os apetece algo del carrito, queridos?", lo que parece una interacción dulce no lo es tanto si esta coge una empanada de calabaza, la lanza y explota. "Y no os vais a creer lo que soy capaz de hacer con las ranas de chocolate. Nunca, nunca he permitido que alguien se apeara de este tren antes de llegar a su destino". Automáticamente, sus manos se transformaban en unos aguijones muy afilados.
Así, esta ancianita tiene muy poco de entrañable, incluso demuestra que no se trata de un ser humano corriente. Podemos sumarla a la lista de personajes curiosos y poco conocidos de las películas de Harry Potter como Peeves o Sir Cadogan.
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