Las películas de Henry Selick siempre han sido tan amadas como criticadas debido a su estética oscura y particular. Sin embargo, cintas como Pesadilla antes de Navidad (en la que trabajaba junto a Tim Burton) forman parte de la infancia de toda una generación. Algo similar ocurrió unos años después con Los Mundos de Coraline, una cinta basada en la novela de Neil Gaiman que, si bien a día de hoy está muy bien considerada, en su momento consiguió ser el terror de los más pequeños. Y ahora que regresa por tiempo limitado a los cines de España con motivo de su 15 aniversario, es momento de destapar sus mejores secretos.
El origen de Los Mundos de Coraline
En Los Mundos de Coraline nos encontramos con una niña que acaba de mudarse a una vieja casa con sus padres. Ambos, muy ocupados en trabajar, suelen desatender a la pequeña, que pasa el tiempo husmeando por todos lados. Hasta que un día encuentra una pequeña puerta en el comedor. Dicha puerta la lleva hasta otro mundo, exactamente igual que el suyo (más bonito), en el que sus padres la cuidan constantemente, pero con una particularidad: sus ojos son botones.
Así comienza esta historia, que tiene toques de humor, tristeza y también terror. Porque, aunque no fuera el objetivo principal, lo cierto es que el estilo artístico de Selick era capaz de potenciar las escenas más duras de la película. Personajes como la Otra Madre formaban parte de las pesadillas de los niños, que acababan llorando cuando la cinta empieza a adquirir un matiz más oscuro. Y, sin embargo, a día de hoy es una de las más recordadas, en gran parte, por su estilo.
Lo más curioso de todo ello es que, aunque la novela tiene un tono bastante más infantil, esta está inspirada en un suceso de lo más aterrador. El propio autor vivía en un pequeño pueblo de Inglaterra en el que circulaba una historia, aparentemente real, de una anciana que residía con su nieta. La niña había perdido a sus padres en un incendio, pero los vecinos nunca la habían visto, por lo que comenzaron a sospechar al respecto.
Un día, unos niños se colaron en casa de la anciana, intrigados por conocer a la pequeña, pero no la encontraron. Lo que sí encontraron fueron los restos de un bebé quemado con botones cosidos en los ojos. También se cuenta que, cuando los niños le contaron lo sucedido a sus padres, la anciana fue llevada a un sanatorio en el que decía que el alma de su nieta estaba dentro de una muñeca. ¿Os suena de algo esto?
Por suerte, no todas las inspiraciones de la historia tienen un origen oscuro y es que el propio Gaiman ha dicho que su infancia también influyó mucho en esta al pasar horas de pequeño mirando un muro de ladrillos cercano e imaginando qué habría detrás. Unos detalles de lo más curiosos, que ahora podemos tener en cuenta para el reestreno de la cinta en cines, el cual llegará el 12 de agosto a España en su versión 3D.
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