Es verano y eso en el mundo del cómic americano significa grandes eventos con un montón de series y personajes que se cruzan y la promesa de que nada volverá a ser lo mismo. Mientras Marvel se enfrenta a una guerra contra los vampiros, la distinguida competencia de DC Comics presenta una idea interesante que despoja a sus grandes superhéroes de precisamente lo que les hace súper: sus poderes. Con el primer número ya leído, os cuento qué tal arranca el nuevo crossover de DC Comics: Absolute Power.
Un plan maquiavélico (otra vez) de Amanda Waller
Absolute Power arranca con un golpe de efecto que sacude los cimientos del universo DC. Amanda Waller, conocida por su papel como la despiadada directora de la Task Force X (Suicide Squad), ha decidido poner en marcha un plan para eliminar a los superhéroes de la faz de la Tierra. Y lo hace no solo con un inteligente plan que nadie parece haber visto venir, sino también con una brutalidad que desafía el orden establecido en el universo DC.
La primera fase de su ataque es una campaña de propaganda a gran escala, empleando tecnología avanzada para difundir videos falsos que retratan a los héroes como villanos despiadados. Con esta oleada de fake news ponen a la opinión pública en contra de sus mayores héroes de la noche a la mañana. El segundo asalto es aún más devastador: una nueva oleada de robots Amazo diseñados específicamente para despojar a los héroes de sus poderes. Así, los superhéroes se ven enfrentados a una amenaza sin precedentes que los deja completamente vulnerables.
El número inicial de Absolute Power es una montaña rusa de acción y drama. Mark Waid, conocido por ser el responsable de algunas de las mejores historias de Flash, y Dan Mora, cuyo arte es simplemente espectacular, son los encargados de dar vida a este evento. El trabajo de Mora, con colores vibrantes y una narrativa visualmente imponente, eleva la intensidad del relato y proporciona una experiencia inmersiva que no decepciona en lo artístico, pero que plantea muchas dudas en lo narrativo.
El cambio eterno
A pesar de las virtudes evidentes en el apartado plástico y la habilidad narrativa de Waid, el arranque del evento no está exento de críticas. La premisa, aunque intrigante, presenta algunas lagunas argumentales que me han hecho levantar la ceja en más de una ocasión. En particular, el uso de Amanda Waller como la gran villana resulta forzado. Su elevación a un nivel de amenaza global parece una vez más un intento de capitalizar el éxito de su reciente exposición en adaptaciones cinematográficas que una evolución natural del personaje.
Amanda Waller siempre ha sido una figura compleja, motivada por un pragmatismo despiadado en nombre de un bien mayor. Sin embargo, en Absolute Power, su carácter parece haber sido reducido a un villano de caricatura que toma decisiones desmedidas y autoritarias sin el matiz que solía tener. Es casi una caricatura de sí misma Esta transformación no solo debilita su figura como antagonista, sino que también socava la credibilidad de un evento que no deja de beber una idea ya vieja que hemos visto cientos de veces en boca de Lex Luthor: El mundo no debería depender de sus superhéroes.
Además, los villanos que acompañan a Waller en esta jugada parecen actuar con una falta de profundidad preocupante. La caracterización de personajes como Sarge Steel y Oliver Queen en este contexto parece ir en contra de la naturaleza del personaje y resulta difícil de aceptar sin una justificación adecuada. La decisión de convertir a Green Arrow en un aliado de Waller, sin un desarrollo convincente, añade un nivel de confusión a la trama que no favorece al desarrollo de la historia y que me ha parecido difícil de diferir. O es una decisión muy mala, o de nuevo estamos ante uno de esos planes dentro de planes dentro de otros planes de Batman, de los que nadie sabe nada y que terminarán salvando el día. Imagino que a lo largo del evento alguien lo explicará. O no.
DC All In y el Futuro del Universo DC
Insisto, confío en Mark Waid, un guionista con una trayectoria memorable. Sin embargo, el evento Absolute Power parece ser otro intento de DC por lanzar el próximo soft reboot del universo DC: el DC All In. Este nuevo enfoque busca rejuvenecer la continuidad de DC Comics y ofrecer un punto de partida fresco, pero a menudo resulta en eventos que parecen más un borrón y cuenta nueva que un desarrollo coherente. Otra vez.
DC ha lanzado una serie de ideas arriesgadas en sus eventos de los últimos años, pero cuando llega el momento de profundizar y explicar esas ideas, la narrativa tiende a complicarse. Esto se traduce en eventos que buscan regenerar la continuidad en lugar de ofrecer una evolución consistente de los personajes y sus historias. Personalmente, este enfoque me resulta agotador y una falta de respeto hacia los lectores que han invertido tiempo y dinero en seguir estas tramas.
Inluso mi compañero Marcos Yasiff, tan fan de DC que tiene el corazón con la forma del Salón de la Justica, tiene sus reparos:
"Llevar 15 años pasando de Crisis Final a Flashpoint, después Darkseid War, luego Metal y su secuela, y hace un par de años Crisis Oscura, hace que este tipo de eventos haya dejado de tener impacto en mi. Me gustaría que DC Comics se olvidará por una temporada de sus más grandes amenazas cósmicas y buscara una historia donde la intriga y el desarrollo de personajes sean protagonistas".
Con todo, el arranque de Absolute Power tiene un potencial que no se puede ignorar. La combinación de Waid y un artista excepcional como Mora ofrece una base sólida para el evento. Sin embargo, el hecho de que este sea solo el aperitivo de otro evento futuro me genera la preocupación de que, al final, Absolute Power pueda resultar tan intrascendente como atropellado. DC, ¿qué te ha pasado? Tú antes molabas. Aunque el inicio de Absolute Power es prometedor, queda por ver si podrá superar las expectativas y evitar caer en los mismos errores que han caracterizado la reciente trayectoria de la editorial de DC.
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