Hay dos grandes IP irreemplazables en mi vida, Superman y Star Trek. La primera sigue navegando por un mar de dudas con enésima incursión diferente sobre el personaje en cine y TV en marcha bajo dirección, esta vez, de James Gunn. La segunda, no la había visto en tan buen estado de forma como este último año. Y mucha culpa de ello la tiene Star Trek: Picard, que me me tiene 'comiéndome las uñas' cada viernes desde que se estrenó su última temporada, una que viene a despedir, esta vez sí, al legendario capitán del USS Enterprise-D.
Sí, entre el final de Star Trek: Enterprise, y antes Star Trek: Voyager, hemos tenido una trilogía en cines con algún que otro momento memorable, y también llevamos ya varios años con nuevas series del universo imaginado hace 60 años por Gene Roddenberry, incluidas las dos primeras temporadas de Star Trek: Picard, protagonista de este artículo. Sí, me encantó verle de nuevo surcando la galaxia haciendo frente a varias amenazas, pero había algo que no me terminaba de encajar, con historias sin la sustancia suficiente para alargarse durante tantos capítulos de emisión. Todo lo contrario a sus últimos episodios.
De nuevo juntos ante el peligro
Star Trek parte de una época donde la narración, por narices, tenía que ser episódica. No podías convencer al espectador de quedarse si tras perderse un capítulo no disponible de ninguna otra forma no podía seguir el hilo de la historia. Es por eso que Star Trek no es una serie con un protagonista, sino de varios. En las primeras 20 entregas del regreso de Picard a la pequeña pantalla se notaba esa ausencia, necesitaba a su tripulación. Y quizás los productores del show tomaron buena nota y consiguieron atar para esta temporada de despedida a todos quienes le acompañaron en sus aventuras a Patrick Steward durante 178 episodios y cuatro largometrajes, incluida Star Trek: Primer Contacto.

Pero el fenómeno televisivo de Star Trek en los 90 fue ya enorme que transpasó, por primera vez en toda su historia, las fronteras de la nave estelar Enterprise, regalándonos otras dos series que expandieron argumentalmente la galaxia. Y sin entrar en spoilers, se puede decir que uno de los aciertos de Picard es haber sabido celebrar lo mejor de toda una generación, con todas las de la ley.
Antes de entrar en territorio spoilers, pues veo complicado responder al titular que he puesto para este especial sin caer en ellos, os puedo avanzar que para esta ronda de despedida de Jean-Luc Picard, el capitán, ahora almirante, debe reclutar a sus viejos amigos en una misión que amenaza con alterar el destino de la Federación en sí mismo. Nos encontramos así con la clásica misión de salvar la galaxia, pero esta vez presentada con un toque de intriga con la suficiente fuerza como para tener a los espectador semana a semana teorizando.

Una celebración de tres series inolvidables
Decía antes que Picard no se olvida en esta ocasión del resto de series que nos llenaron de diversión las tardes y noches de muchos como yo hace 20 años. Evidentemente, basta con ver algunos de los promocionales para toparse con personajes que estuvieron en Voyager, como Seven of Nine, o Deep Space Nine, el propio Worf. Pero es más que eso. Si la primera temporada trataba de abordar qué había sido de los romulanos, y la segunda se quedaba con el siempre recurrente, y a veces molesto (en el buen sentido) Q, esta tercera tenía que darle carpetazo a quienes fueron los verdaderos grandes villanos de los 90.
Y he de decir que tenía muy pocas esperanzas de ello. Esperaba un villano secundario, como en algunas de sus películas, que justificara tener a todos de vuelta al segundo capítulo. Pero Picard esta vez tuvo poco de previsible, y consiguió armar un guion donde cada personaje estaba cuando debía estar, y servía de excusa para hacer magia. Sí, quizás un poco fan-servive, pero bien justificado. Por ejemplo, hay un momento en uno de los episodios donde revisan varias naves históricas, incluyendo un vistazo al pájaro de presa Klingon comandado por James T. Kirk en Star Trek IV. Misión: salvar la Tierra ("la de las ballenas"), que incluye un artilugio necesario para hacer avanzar la historia.

Todo esto nos lleva a los dos últimos capítulos, donde si no lloré apunte estuve. Cerca de 30 años después de su aparente destrucción, la tripulación original (a excepción de Tasha Yar por razones obvias) estaba de nuevo sobre el puente del Enterprise-D. La nave que vi durante tantas semanas consecutivas, durante tantas películas, de nuevo en pantalla, reconstruida para la ocasión hasta el más mínimo detalle, y todo con su música habitual. Paramount+ (Prime Video en España) me consiguió traer de vuelta esos momentos, me lo consiguió justificar, y me lo desarrolló con una de las mejoras escenas de combates estelares, en el último episodio, que he visto en un producto de Star Trek.
En resumidas cuentas, 10 capítulos de reencuentros emotivos, un peligro que parecía devorarles a todos y un misterio que no podíamos dejar de analizar. Star Trek más en plena forma que nunca, y con el público reclamando más y más.
Honrar un legado para seguir creciendo
Durante estas semanas, muchos aficionados han pedido la luz verde a una serie que se llame Star Trek: Legacy, y puede que esta vez sí Star Trek tenga que honrar su legado para seguir creciendo y marcar a una nueva generación de espectadores. Star Trek: Discovery se quiso salir mucho de las historias originales de la franquicia, las primeras temporadas de Picard parecía rehuir el pasado, y las producciones de animación está bien, pero quizás yo no sea el público al que se dirige. Esta última temporada de ST: Picard sí me ha traído de vuelta todos esos sentimientos del pasado y por suerte, tiene quien la acompañe.

Con 150 años de diferencia en el tiempo, ese honor de continúar mi ansias por ver más Star Trek recae en Strange New Worlds. Su primera temporada es otro claro ejemplo de celebrar el patrimonio que es este universo de ciencia ficción, viajando hasta la serie original no solo rescatando su nave, sino el tono de pura diversión de sus historias. Quizás os hable otro día de esta producción. La segunda temporada se estrena este 15 de junio. ¿Listo para volver al Enterprise original?
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2 comentarios
V_A
el gran problema de esta temporada es que se siente como una temporada 8 de tng pero no una temporada 3 de Picard, ha estado escrita tan a piñón fijo q parecía escrita por una ia o un gatekeeper machirulo enfadado con las 2 temporadas anteriores...
luistopete
Yo no crecí con la saga pero si vi todas sus series de los 80 y 90's como tng, ds9
y voyager hace unos años y será que no tengo la nostalgia de la serie pero yo considero que esta serie es un desastre en el qué una buena temporada no compensa dos malas, la primera empieza muy aburrida y lenta y matan a muchos personajes secundarios, la segunda le dan un justificación muy estúpida a los borg... No quieren estar solos y matan a Q después de que le dice a picard qué no todo se trata de el... Cuando todo se trata de el...y esta tercera tiene a tuvok y la voyager en 4k y más color gris qué blanco pero hermosa pero eso no compensa qué 2 de 3 temporadas malas