Este verano he tenido tiempo de revisitar muchos clásicos de la acción y de la ciencia ficción de las décadas de 1980 y 1990. Fue un periodo interesante para el género, al imaginar futuros muy sombríos no solo a nivel narrativo, sino de tono y fotografía, que con el paso de las décadas le ha dado cierto sabor especial. Entre estos ejemplos podemos citar el de una obra a menudo olvidada por la audiencia que, en cierta forma, fue precursora de The Matrix. Os estoy hablando de Johnny Mnemonic, también protagonizada por nuestro muy querido Keanu Reeves.
Una película escrita por William Gibson
Basado en un relato corto de William Gibson, que también actúo de guionista del film para su posterior arrepentimiento, Johnny Mnemonic se estrenó en 1995 proponiendo a los espectadores viajar hasta un 2021 no muy distinto del que vivimos. Este futuro alternativo nos llevaba a un año dominado por la información, los implantes cibernéticos y las grandes corporaciones con buena parte de la población mundial sufriendo los efectos de una extraña enfermedad (en el largometraje se le da el nombre de 'síndrome de atenuación de los nervios').
Es en este escenario donde conocemos a Johny (Keanu Reeves), un mensajero mnemotécnico que trafica con datos siendo, literal, un disco duro andante. El problema, claro está, es que como todo hardware tiene sus limitaciones, y resulta que nuestro simpático y muy trajeado protagonista metió en su cabeza más memoria de la que podía almacenar, provocando que solo tenga un par de días para descargar toda la información. De no hacerlo, le espera un viaje al más allá. Empieza así una carrera contrarreloj ideal para apasionados de Blade Runner.
Un mundo también dominado por la realidad virtual
A lo largo de apenas 93 minutos de metraje (ojalá hubieran tenido dos horas para desarrollar mejor todos sus temas), vemos al personaje desfilar por este extraño futuro donde le persigue la yakuza, esbirros de una gran corporación, y nos deja ver algunos de los artilugios tecnológicos del mañana. Por ejemplo, en una tienda de informática tenemos a Keanu Reeves poniéndose en la cabeza un dispositivo de realidad virtual que se controla de forma idéntica a los Apple Vision Pro. Es más, su nombre pronunciado en inglés, EyePhone, a más de uno le sonó a iPhone.
Viajar por internet en Johnny Mnemonic me recordó a Romper Ralph 2.
Mucha acción y mucha idea de ciencia ficción, ¡hasta teníamos a Dolph Lundgren como una mole cibernética! ¿Qué pudo fallar para que acabara siendo un enorme batacazo del que muchos se han olvidado? Por desgracia, una vez más hemos de hablar de un largometraje destruido por sus propios productores en su deseo incansable de éxito. Al parecer, después del éxito de Speed, se pensó que esta Johnny Mnemonic podía ser otro pelotazo de taquilla con el actor si se hacía lo suficientemente comercial la historia, por lo que el film sufrió muchos cambios.
Se acabó entregando al público una historia de ciencia ficción más convencional de la que tenía pensada tanto su guionista como su director, un Robert Longo que quedó muy escarmentado de Hollywood y no volvió a hacerse cargo de otro film.
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Aún así, como suele pasar con estos proyectos, el film cosechó cierto estatus de culto y la nefasta recepción de prensa y taquilla de 1995 dio paso a un deseo por saber más de no pocos espectadores, tantos que hace un par de años se estrenó una versión remasterizada bautizada como Johnny Mnemonic: In Black and White que Longo aseguró que se acercaba mucho más a lo que quería hacer. Además, es indudable su influencia en el género, tanto en The Matrix, donde fue usado por los Wachowski para vender su idea a Warner Bros., como en varios videojuegos.
Dónde ver Johnny Mnemonic por televisión
Personalmente, me habría gustado ver un montaje más extenso donde muchas de las cuestiones planteadas en Johnny Mnemonic fueran tratadas, pero tal y como está hoy sigue siendo un entretenimiento bastante apetecible para una noche de verano, más teniéndola disponible en servicios como Filmin o Movistar Plus+. No ha envejecido mal, a excepción de una escena hecha con CGI por completo, y solo os quitará hora y media de vuestro valioso tiempo. ¡Ah! Se me olvidaba, también tuvo un pinball que es todo una delicia para los fans de estas maquinas.
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