A lo largo de la historia de Disney, la compañía ha pasado por etapas muy duras que le han llevado a estar muy cerca de la quiebra varias veces. La primera vez que esto sucedió fue tras un periodo muy duro para el mundo: La Segunda Guerra Mundial. Pero siendo razonables, hay que tener en cuenta que, durante el conflicto, Walt Disney apostó por realizar cortos y películas de tinte político para apoyar a los soldados estadounidenses, que nunca se llegaron a estrenar en salas de cine y que provocaron pérdidas millonarias, como por ejemplo es el caso de Victory Through Air Power. Una vez terminado el conflicto, la empresa se enfrentaba a deudas que superaban los 4 millones de dólares, dinero que en la época era mucho más de lo que parece. Así, como último recurso, Disney puso en marcha los dos últimos proyectos que la salvarían o la llevarían a cerrar: La Cenicienta y Alicia en el País de las Maravillas.
El último intento de Disney
Desde el lanzamiento de Blancanieves y los Siete Enanitos en 1937, Disney no había conseguido ningún otro éxito financiero. Si bien la crítica sido positivo con muchos de sus proyectos, como Pinocho, Fantasía, Dumbo o Bambi, esto no se traducía económicamente de la manera adecuada. De esta manera, con la llegada de la Segunda Guerra Mundial y el cambio de tónica en el contenido de la compañía, las deudas no hicieron más que crecer para Walt Disney.
Así se llegó a finales de la década de los años 40 con una deuda millonaria y la tesitura de qué hacer con la empresa. Como último recurso, Disney decidió poner en marcha dos últimos proyectos que se desarrollarían de forma paralela: Alicia y Cenicienta. Fue La Cenicienta la primera obra en ver la luz en el año 1950 y al año siguiente le seguiría Alicia en el País de las Maravillas.
La Cenicienta narra el famoso clásico de los Hermanos Grimm (aunque Disney sostenía que se había inspirado en una versión posterior del relato menos cruenta) para contar la historia de una joven que vive maltratada por su madrastra y sus hermanastras. Despojada de todo, tan solo le queda servir en la casa familiar. Sin embargo, un día su suerte cambia y la aparición del Hada Madrina le lleva a cumplir sus sueños y encontrar el amor. Si bien esta historia ha tenido un sinfín de adaptaciones de toda clase, sin duda la más famosa es esta de Disney.
Para Cenicienta, se decidió volver al estilo más refinado posible del estudio, con trazados muy limpios, definidos y brillantes, algo a lo que se daría la vuelta por completo con películas como 101 Dálmatas. Sin embargo, para este proyecto se decidió optar por la esencia de cuento de hadas con apuestas arriesgadas (como es el caso de la transformación del vestido de Cenicienta que fue una revolución a nivel de animación en su momento) .
La película fue un éxito. Consiguió una recaudación de 182 millones de dólares con un presupuesto de apenas 3 millones. Dicho éxito no solo permitió a la empresa no cerrar sus puertas, sino que fue el pistoletazo de salida para muchos otros como La Bella Durmiente, Peter Pan o La Dama y el Vagabundo. Si bien la década de los 60 y los 70 intercalaría éxitos y fracasos, no fue hasta 1985 cuando la empresa volvió a experimentar una situación crítica.
El lanzamiento de Taron y el Caldero Mágico fue un desastre, la película fue calificada de "demasiado oscura" y también fue uno de los proyectos más caros. Si no llega a ser por el lanzamiento de Basil, el ratón superdetective, la empresa podría haber desaparecido. Algo similar ocurrió en 2002 con el estreno de El Planeta del Tesoro, considerado como el mayor fracaso de Disney, aunque el tiempo haya convertido a la película en una de las más queridas.
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