Nada más empezar el primero de los Director's Cuts de Rebel Moon podrás ver una larga secuencia de acción en un extraño mundo que no tuvimos ocasión de visitar en el montaje "comercial" lanzados en Netflix en la pasada Navidad. Estos primeros minutos son una clara declaración de intenciones de cuán diferente iba a ser este corte: mucho más violento, sangriento y mitológico. Pero, después de ver sus seis horas de contenido, ¿realmente logra revolucionar la epopeya de fantasía y ciencia ficción de Zack Snyder o es un más de lo mismo?
Sinceramente, ambas cosas. No dejaré la respuesta clave para el final. Después de haber disfrutado ambas películas este fin de semana, porque las he devorado con sumo gusto de verdad, siento que en ellas no hay nada que pueda hacer cambiar de opinión a aquellos espectadores más críticos con el proyecto del cineasta estadounidense porque mucho de aquello por lo que vilipendiaron ambas películas sigue estando ahí y aquí, además, se vuelve mucho más sombrío y pomposo. Zack Snyder siempre ha sido un artista controvertido por ello, alguien que ante todo hace películas que le gustan a él aunque eso suponga ir contra las masas, y Rebel Moon es, con toda seguridad, lo más Snyder que posiblemente hayamos visto hasta la fecha. Y eso, también es bueno.
Rebel Moon: Wurm: Ex Materia: Heroes & Monsters
Esto no es solo 'Star Wars by Zack Snyder'
Digo Rebel Moon, pero me refiero exactamente a sus Director's Cuts. Y es que los montajes más "livianos" y pactados con Netflix adolecían de un problema del que incluso algunos de sus seguidores más entusiastas no pudieron huir: a este nuevo universo de fantasía y ciencia ficción le faltaba identidad propia. Coger la historia de Los Siete Samuráis y meterle capas de Star Wars y Warhammer 40.000 no era precisamente lo que los fans del cineasta esperaban de él. Querían más, y en mi opinión la "verdadera visión" de Zack Snyder con su Rebel Moon lo ofrece. Da gusto ver cómo sus idean más excéntricas cobran vida en pantalla.
Rebel Moon es un poderoso no-parar de estampas inolvidables que me veré más de una vez
Y no, no recalco que haya aún más momentos de cámara lenta (aunque diluidos), o a que la fotografía se siente aún más oscura, que también, sino a incorporaciones y tramas de fondo que hacen del visionado de Rebel Moon algo mucho más enriquecedor para todo aquel que haya gozado con la filmografía del director. Porque ver Rebel Moon ahora se ha vuelto un poderoso no-parar de estampas inolvidables, de esas que te llenan varios vídeos de "Amazing Shots", así como algunos personajes singulares y secuencias de acción tan vertiginosas como salvajes.
La historia se entiende mejor... pero es muy larga
Y claro, todas esas adiciones aquí y allá hacen que la historia gane contexto, se entienda mejor, y consigas apreciar ese esfuerzo creativo del director. Por ejemplo, los escribas (o sacerdotes). En La niña del fuego y La guerrera que deja marcas no parecían tener papel alguno en la trama, estaban de "pegote". Pero en estos Director's Cuts tienen su pequeña dosis de protagonismo, y ayudan a mostrar al espectador esa enigmática combinación de tecnología y misticismo que parece ser el Imperium, mucho más que una copia del de Star Wars. En este sentido, me intriga mucho cómo funciona aquí el hiperespacio. Y no exagero si dijo que ese comienzo del Capítulo 2: La maldición del perdón es de lo más absorbente del genero que he visto en años. Así lo he sentido en su visionado.
Así mismo, estas cerca de dos horas de metraje extra también ayudan a dibujar mejor a sus personajes. Ahora entiendes por qué ese soldado del principio traiciona a sus compañeros invasores. Ahora entiendes mejor el papel que juega ese robot. Y, sobre todo, entiendes mejor las motivaciones antagonistas. Pero, y eso lo tenía claro con el visionado del montaje original, Rebel Moon sigue sufriendo con el desarrollo de sus guerreros secundarios. Zack Snyder les da demasiado protagonismo, pero tampoco el suficiente tiempo para brillar y comprender mejor sus motivaciones más allá de unos simples apuntes, ni el necesario como para que sus posibles desenlaces te lleguen al corazón. Tampoco dialogan demasiado entre ellos como para sentirlos partes de algo.
Rebel Moon acaba así como dos pelis muy corales y largas que no funcionan por sí solas (en mi opinión se debería haber apostado por un formato miniserie) que generarán tanto tedio en algunos espectadores que no querrán saber más de su mundo. No ayuda, de ninguna forma, ese deseo del director de explayarse en determinadas escenas de escaso valor narrativo cuya impronta visual en buena parte del público habría sido igual de efectista con una duración inferior.
Rebel Moon habría vencido parte del rechazo del público apostando por un formato de miniserie
Y eso también incluye la cacareada presencia de secuencias sexuales, que no va mucho más allá de nada que no hayamos visto en Juego de Tronos, por ejemplo, y que permiten ver el pasado conflictivo de su protagonista, pero que son tan innecesariamente extensas que te hacen estar dudando de si sigues viendo la misma película. La violencia y la sangre, también prometidas en exceso con los Director's Cuts, sí ayudan al carácter épico del planteamiento del director, y le sienta muy bien al metraje.
Pero los fans de Zack Snyder sí sabrán pagar este peaje, porque lo que se ofrece ahora en esta gran epopeya es más que unas cuantas secuencias de tiroteos y explosiones. Lo construido por el cineasta en Rebel Moon impresiona, reboza atención por el detalle, y deja la puerta abierta a varias secuelas y spin-offs en las que Netflix podría crear esa franquicia de fantasía y ciencia ficción que tantos años lleva buscando. Pero en todo esto, como siempre, las cifras de audiencia tendrán la última palabra, y estas son buenas pero no espectaculares.
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