Ya he visto los siete episodios de The Last of Us Temporada 2 y sí, vienen emociones fuertes tal y como recordábamos... pero con algunos cambios

La serie de The Last of Us de HBO sabe lo que quieres ver y no escatima en nada con su mezcla de narración apocalíptica, personajes profundos y una humanidad desbordante en un mundo arrasado por la pandemia del Cordyceps. La primera temporada conquistó a una legión de fans que no conocían los juegos originales, simplemente explotando lo que los jugadores ya conocíamos. El secreto de su éxito fue un reparto magnífico y un espíritu fiel a la narrativa del videojuego de Naughty Dog.

Llevar a la pequeña pantalla la historia de Joel y Ellie, un relato de supervivencia que va mucho más allá de lo que podríamos esperar de un simple "viaje de supervivencia" no es nada fácil. Y a pesar de ellos HBO logró una primera temporada magnífica. Claro, llegado el momento de continuar la historia, las expectativas son enormes y los restos, aunque diferentes, igual de importantes. El mejor aliado de esta adaptación es, claro, el material original. La temporada 1 tiene muchos de sus momentos más brillantes en un calco del primer juego. Es una hoja de doble filo: como es inevitable en cualquier adaptación, las comparaciones con la obra original siempre están presentes. Y ahora, con el estreno de la temporada 2, la pregunta es: ¿Podrán los fans sobrevivir a las sorpresas que nos tiene reservadas esta nueva entrega?

Si ya has jugado The Last of Us Parte 2, probablemente ya sabes lo que te espera: trauma. Las sorpresas que la serie de HBO tiene preparadas para los espectadores no son nuevas para los jugadores, pero el impacto emocional sigue siendo fuerte, incluso si el juego ya nos golpeó con ellas en su momento. La temporada 2 se mantiene la senda del juego de Naughty Dog, casi al pie de la letra, pero en ciertos momentos busca encontrar su propio camino. Y es precisamente cuando la serie intenta desviar un poco del sendero conocido cuando empieza a perder algo de la magia de la historia original, adentrándose en territorios que no aportan mucho. Pero no adelantemos tanto: la temporada tiene sus altibajos, pero sigue siendo una serie excepcional.

El mejor momento, descafeinado

No puedo dar detalles, y seguramente sea mejor así, pero os puedo tratar de transmitir sensaciones. Mi primer contacto con la temporada 2 no fue el más prometedor. Aunque los primeros episodios me dejaron con una sensación agridulce, puedo decir que, a partir del tercer episodio, la serie comienza a remontar. Es precisamente el arranque de la temporada, en particular, donde como aficionado, a mí se me encencieron las alarmas. Hay un momento que todos lo que conocemos lo que pasa en el juego estamos deseando ver en la serie, y sin poder decir que el golpe de efecto se malogra, sí os puedo decir que pierde impacto.

La culpa es, como tantas veces en los últimos años, de ser sobrexplicativo, el tratar de no dejar a nadie atrás, desde aquellos espectadores que no saben leer entre líneas, como a aquellos que no se acuerdan de cómo termina la primera temporada a aquellos que, directamente, y por los motivos que sean, van a ver directamente la temporada 2. alguno habrá. De ahí que en los primeros minutos ya nos adelanten uno de los momentos más clave de la trama, un giro emocional importante que en el juego no vimos venir y que en la serie se pone sobre en la mesa como una posibilidad real desde las primeras escenas.

Es innecesario y, a mi parecer, reduce el impacto emocional que este evento que pasa algo más adelante y que no tendría de no haberse presentado tan pronto. Para los que no conocen el juego, creo que es una decisión que merma la experiencia. Por supuesto nada de esto importará porque en el momento que se estreno la serie las redes sociales se plagarán de spoilers del juego y adiós muy buenas.

Reconozco que este detalle me condicionó bastante a la hora de valorar la temporada. Sin embargo, mi padre, un fan de los juegos tanto como lo es de la serie, me recordó algo fundamental: hay que juzgar cada producto como una entidad separada. Y, al dejar de lado el juego, la experiencia de ver la serie mejora considerablemente. Es cierto que las expectativas son altas, y que compararla constantemente con el videojuego puede ser injusto, pero esta adaptación de The Last of Us sigue ofreciendo una experiencia narrativamente potente, que mantiene el tono sombrío y agridulce que tanto nos enganchó en la primera temporada. Una historia que merece ser juzgada por sus propios méritos, por difícil que nos resulte a aquellos que consideras el juego como un referente de la industria.

El rostro más oscuro de la humanidad también es el tuyo

Como ya ocurría en el juego, la serie no escatima en mostrar el rostro más oscuro de la humanidad. Nos recuerda, de una manera dolorosa y directa, que somos criaturas capaces de lo mejor y lo peor, generosas y cariñosas, egoístas y crueles. Depende de lo que nos aprieten las tuercas, ¿verdad? El mundo del Cordyceps no solo es un escenario de supervivencia, sino también un reflejo de la naturaleza humana cuando se enfrenta a situaciones extremas. Aunque aquí, el hongo y los insectos son una vez más, lo de menos. Están ahí, son peligrosos, pero poca función tienen más allá de las de mantener en movimiento la trama en contadas ocasiones. Este apocalipsis lo podría haber desencadenado tanto un virus mutante como una mala decisión electoral o un conflicto diplomático entre dos grandes potencias. Poco importa. Lo importante es contar una historia de supervivencia, con la misma crudeza que el videojuego, sin adornos ni concesiones. Este es uno de los aspectos más poderosos de The Last of Us: la exploración de la moralidad en un mundo sin reglas morales claras, donde las decisiones más difíciles se toman en cuestión de segundos.

Los protagonistas, Pedro Pascal y Bella Ramsey, siguen siendo el alma de la serie. Su interpretación de Joel y Ellie sigue siendo sobresaliente, y, como en la primera temporada, logran transmitirnos toda la complejidad emocional de estos personajes. Ambos logran dar vida a una relación que, aunque tensa en esta temporada 2, está llena de matices y sentimientos contradictorios, lo que convierte a su historia en una de las más ricas y fascinantes del panorama televisivo actual. Ramsey tiene un talento enorme y su Ellie es uno de los personajes con más aristas y complejamente humanos de la narrativa pop contemporánea.

En cuanto al resto del reparto, la temporada 2 ha incorporado varios nombres nuevos que aportan frescura y talento. Kaitlyn Dever, sin lugar a dudas, se lleva la palma en esta temporada. Su personaje, aunque complejo, es uno de los más interesantes de la nueva entrega, un papel que le llega con un peso extra.  Lástima que salga tan poco. La temporada 3 será su momento de brillar, como aquí es el de Ramsey. Sin embargo, no todo es perfecto. Isabela Merced, que interpreta a dina, uno de los personajes centrales de la temporada, me ha dejado un tanto indiferente. Su personaje, aunque bien interpretado, me resulta algo menos creíble comparado con el resto de los personajes, que están rotos y cargados de imperfecciones.

Hasta el año que viene, amigos

A pesar de que la serie mantiene el pulso narrativo, hacia el final de la temporada uno no puede evitar sentir que se ha quedado a medio camino. Esto se debe, en gran parte, a que el final de la temporada acaba en un cliffhanger. Y aunque este final tiene sentido si seguimos la trama del juego, la sensación de que la historia podría haberse desarrollado en más episodios es palpable. Imagino que había que cortar por algún lado y que es mejor eso que no dejarnos cosas en el tintero.

La temporada debería haberse estirado un poco más, pero, como en todo buen relato, el "quiero más" es una señal de que estamos enganchados. Pero de nuevo, tiene sentidola decisión de cortar donde lo hace. También lo tienen algunos cambios y añadidos que vienen a sustituir la gran cantidad de diálogos que escuchamos en el juego yendo de acá para allá o en una breve cinemática. el mejor ejemplo de ello es el corazón de esta temporada, el episodio 6, escrito y dirigido por Neil Druckmann, es el que mejor refleja la esencia de The Last of Us. Druckmann sabe cómo tocar nuestra fibra más sensible, algo que ya hizo en el juego y que, con maestría, repite en la serie. En este episodio entendemos realmente por qué los supervivientes siguen adelante en un mundo tan desolado y devastador.

Para los que ya están enganchados a la serie, poco más puedo decirles más allá de que disfruten del viaje. Pero si aún no has caído bajo el hechizo de The Last of Us, esta es tu oportunidad. Con una narrativa sólida, un nivel técnico excepcional y unas interpretaciones brillantes, la serie continúa siendo una de las más adictivas y fascinantes del momento. Eso sí, siempre me he preguntado: ¿cómo hacen para que todos los personajes siempre lleven el pelo tan limpio en medio de semejante ruina social? La temporada 2 de The Last of Us estará disponible este lunes, 14 de abril, a través de Max en España.

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