Ser una película de animación no significa estar dirigida a un público infantil, pero hay un grupo de cintas que sorprenden porque, siéndolo, se caracterizan por tener escenas de lo más impactantes. Y no, no me refiero de las del tipo El Rey León con la muerte de Mufasa, sino a verdaderos momentos de terror. El ejemplo más claro se encuentra en Disney con su temible Taron y el Caldero Mágico, pero hay muchas más que consiguieron calar en la mente de los más pequeños a golpe de susto. Una de ellas es La tostadora valiente, una cinta de 1987 casi olvidada, que los que la recuerdan lo harán por sus momentos más traumáticos.
El terror de La tostadora valiente
La tostadora valiente, tal y como su nombre indica, narra las aventuras de una tostadora por el mundo (e incluso por el espacio más adelante) o más bien de un grupo de electrodomésticos que son abandonados por su dueño y deciden ir a buscarlo. Un argumento muy llamativo que no en vano puede recordar a Toy Story, pero cambiando los aparatos por juguetes.
Como decía, esta similitud no es casualidad y es que detrás de este proyecto se encontraba John Lasseter, cofundador de Pixar, cuando tras ella todavía se encontraba Disney. Y es que la película fue desechada por la compañía del ratón, provocando el despido de este y dando lugar a la creación de Pixar en 1986. De forma paralela, la película siguió adelante de forma independiente, viendo la luz en 1987. Curiosamente, los problemas de distribución de la cinta hicieron que finalmente fuera emitida en Disney Channel.

Sin embargo, y pese a su animación cartoon, la cinta contaba con momentos realmente espeluznantes que se pensaron eliminar, pero que acabaron siendo parte del metraje final. Dos ejemplos claros son el momento de la pesadilla con un payaso digno de formar parte de Terrifier 3 y el otro cuando en el desguace de coches uno de ellos se estampa de forma voluntaria contra otro, haciendo referencia al suicidio.
Pero pese a estos momentos, lo cierto es que la cinta sentó precedentes a la hora de abrir la veda a los objetos humanizados e incluso en ella se pueden encontrar precedentes de Pixar como el famoso código A113, tan popular en las cintas de la compañía y que aquí se ve por primera vez.

Es cierto que, con el paso del tiempo, la película ha ido cayendo en el olvido y son pocos los que la recuerdan, pese a contar con varias secuelas posteriores. Actualmente no se encuentra disponible en ninguna plataforma de streaming, pero es innegable que tuvo un papel importante a la hora de dar lugar a uno de los mejores estudios de animación de las últimas décadas y, por ello, no está mal recordarla de vez en cuando.
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