Recuerdo el día que fui a ver Push al cine. Era 2009 y, seguramente, acabaría en esa sala porque no tenía nada mejor que ver. Sin embargo, la película me encantó. Con tan solo los primeros minutos en los que el personaje de Dakota Fanning explicaba que existían humanos con poderes resultado de un experimento de los nazis en su afán de crear una raza superior, ya tuvo mi atención.
Por aquel entonces, Chris Evans estaba de moda. No es que ahora nuestro querido Capitán América no lo esté con películas tan buenas como Puñales por la espalda o cualquiera de Marvel en las que ha encarnado al superhéroe, pero digamos que formaba parte de un furor algo más adolescente después de su participación en Los 4 Fantásticos. Por ello, no era raro verlo participar en una historia fantástica en la que la acción se mezclaba con cierto toque de ciencia ficción y fantasía.
Dónde ver Push
Y es que tampoco pretendo engañaros, Push es una buena película de ciencia ficción entendiendo que se sitúa en la línea de películas entretenidas que buscan proporcionar una experiencia de casi 2 horas de acción y que se toman licencias de espectacularidad y fantasía. Es decir, no estamos ante un Alien, el octavo pasajero o Blade Runner que encabezan el género y buscan proporcionar un resultado fruto de la ciencia mucho más catastrófico e incluso reflexivo. Sin embargo, entendiendo que hemos venido a divertirnos, sí, Push es una película infravalorada.
Recuerdo también que por aquel entonces nos llegaban muchas cintas fantásticas de acción como Jumper o Street Fighter: La Leyenda. Este tipo de obras se pusieron muy de moda, encontrando otras posteriores como Soy el número cuatro, pero la mayoría se quedaban en un reclamo concreto como puede ser la presencia de Hayden Christensen después de Star Wars o el retorno de Street Fighter al cine. Con ello, creo que Jumper está también fue infravalorada, pero de eso ya os hablé. La cosa es que, de entre todas ellas, Push fue de las pocas capaces de presentar un guion más o menos sólido en el que la suspensión de la incredulidad simplemente se centraba en aceptar que los humanos tenían poderes.
En esa sociedad, Nick no deja de huir debido a sus habilidades. Es capaz de mover objetos y, por ello, es perseguido por La División, una organización que busca dar caza a gente así y seguir experimentando. Más o menos se apaña cuando se cruza con Cassie, una vidente que ve el futuro y necesita de su ayuda para ganar mucho dinero. Sin embargo, entre sus planes se incluyen una droga capaz de potenciar sus poderes y el retorno de un viejo amor del pasado. Así, comienza una aventura que mezcla misterio, acción, romance y algo de drama.
Lo bueno de Push, como os decía, es que es bastante creíble. Los poderes tienen un origen y sentido, también limitaciones como el hecho de que si no se entrenan no se potencian, personas más válidas que otras, diferentes formas de usarlos, (algunas muy ingeniosas), y también consecuencias de uso. Todo esto lo que provoca es que, aunque encontremos escenas de acción muy dinámicas, no se abuse de una escala de poder desmedida y poco creíble. Nick va desarrollando sus poderes poco a poco, Cassei necesita emborracharse para tener claridad, Kira paga un fuerte pago físico y así con más ejemplos.
Por otra parte, la forma en la que se desarrolla la trama no pierde fuelle en ningún momento e incluso la manera de resolver ciertos conflictos está bien llevada y con sentido. No hay casi ningún momento en el que se deje a conveniencia del guion ninguna resolución, hasta los Deus ex suelen ser explicados más tarde. Tal y como dijo su director, Paul Mcguinan, estamos también ante una película que se toma bastante tiempo en desarrollar a todos sus personajes, incluso hasta los secundarios. Además, vemos a una gran cantidad de estos, todos muy distintos y útiles para la trama, aportando algo más que una simple presencia. Desde el Quinético que se enfrenta a Nick, hasta los mafiosos chinos o la curandera, todos son realmente interesantes o, al menos, llamativos.
Y hablando de ser llamativo, lo cierto es que Push cuenta con un estilo bastante particular y cuidado. Desde el diseño y aspecto de los personajes, pasando por la fotografía, hasta los escenarios. Casi cualquier plano es digno de ser observado. En este caso, se utiliza un entorno como es Hong Kong para crear entre el público occidental cierto interés, pero se aprovecha con una iluminación ejemplar, o la muestra de sitios llamativos como es el mercado o el edificio en construcción.
También tenemos que tener en cuenta que todas las actuaciones están bastante bien. Sabemos que Dakota Fanning era una niña prodigio de la actuación, pero Camila Belle, Djimon Hounsou o el propio Chris Evans también resultan bastante acertados. Push tiene muy pocas cosas que te saquen de la historia. Con ello, no estoy diciendo que sea perfecta, pero sí que es una buena opción para cuando queremos desconectar la cabeza con un poco de espectacularidad. Además, la vi hace poco y los efectos tampoco han envejecido tan mal como en otras cintas.
Lamentablemente, pese a todas sus virtudes, Push apenas llegó a los 48 millones de dólares de recaudación. El concepto de la cinta unido a su puesta es escena hicieron que el público no se interesara demasiado por ella. Eso hizo que su continuación no viera jamás la luz, dejando un final abierto que siempre me dolerá en el corazón. He visto películas mucho más planas formar una larga saga. Sin embargo, esto no deja de entrar dentro de mi apreciación subjetiva.
Pese a no tener continuación, no penséis que no podéis verla de forma independiente. Como producto único saber concluir su historia. Por ello, ahora que podemos verla a través de MGM+ y Amazon Prime, si tenéis oportunidad, os recomiendo darle una segunda vida.
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