No has visto nada como la temporada 2 de Arcane, que pasará a la historia de la animación

¿Cuántas veces te has puesto de pie para aplaudir mientras veías una serie? Yo muy pocas, pero dos han sido viendo esta temporada 2 de Arcane. Y aunque Netflix ha impuesto un embargo leonino sobre la trama de los nuevos episodios, por lo que no puedo ofrecer muchos detalles argumentales con la profundidad que me gustaría, sí puedo decir que hay muchas sorpresas y prácticamente todas me han entusiasmado.

Evolución, cambio y espectaculo

La temporada retoma la historia justo donde nos dejó el impactante final de la primera, con una explosión literal y emocional que marca un antes y un después en el conflicto entre Piltover y Zaun. Este inicio no sólo conecta de manera natural con lo ya conocido, sino que se enfoca en uno de los temas más maduros y centrales de esta serie: las consecuencias de nuestros actos. Cada elección, cada traición y cada sacrificio tienen un peso inmenso en la narrativa, sumando capas de profundidad a un universo que, aunque cargado de elementos de fantasía, sigue siendo dolorosamente real en su dureza y en la crudeza de sus personajes. Que nadie se equivoque: no por tener criaturas, tecnología steampunk y magia, o por el mismo formato animado de la serie, estamos ante un producto infantil. Arcane se desmarca, y se convierte en una de las propuestas de animación más maduras y complejas de los últimos años.

Lo más sorprendente es que cada golpe de efecto dentro de la trama tiene un propósito claro y se integra de forma natural en el esquema general. Aquí no hay giros gratuitos ni momentos que busquen el impacto fácil. En Arcane, todo tiene un porqué. Esto es algo que muchas series y películas de hoy en día olvidan, prefiriendo sacrificar la coherencia por un momento de espectáculo. En cambio, los giros de esta segunda temporada son efectivos, naturales, y logran mantenernos pegados a la pantalla de una manera tan intensa como adictiva. Yo me metí los 6 episodios de un tirón entre pecho y espalda y hoy pienso repetir. Cada capítulo termina dejándote con ganas de más, pero no con esa frustración de que algo falta, sino con la emoción sanamente adictiva de ver cómo se resuelven los nuevos problemas que surgen de forma orgánica. Esto, en comparación con otros productos de entretenimiento, demuestra una narración medida y que sabe administrar sus cartas para sorprender sin desentonar en jugadas demoledoras.

Lo mejor de lo mejor del mundo de la animación

Y si el guion es uno de sus puntos fuertes, la calidad técnica es otro elemento imposible de ignorar. El trabajo de Fortiche, el estudio de animación francés que da vida a Arcane, está al más alto nivel de la industria. Sin duda, esta es una de las producciones de animación más impresionantes jamás realizadas. Desde el primer episodio de la primera temporada, el estilo visual de Arcane dejó claro que estábamos ante algo único, pero en esta segunda temporada, ese listón se eleva aún más. Consumo mucho material audiovisual diariamente, y he visto pocas producciones de la calidad de Arcane. No hay un solo plano que no sea bonito, que no resulte visualmente impactante, ni un detalle que no esté cuidado con un gusto plástico extraordinario. Cada escena parece un cuadro en movimiento, una obra de arte en la que el detalle y el color transmiten tanto como los diálogos o las acciones de los personajes. Un buen gusto que se extiende al diseño conceptual, la planificación y composición de planos y la edición.

Este estilo artístico que no busca el hiperrealismo, sino un enfoque pictórico, se convierte en su mayor fortaleza. La exageración cromática está llevada a la pantalla con una elegancia y un buen gusto que resulta conmovedor. Tal vez se le pueda afear a esta segunda temporada abusar de ciertos momentos ciertamente "videocliperos", pero resultan tan gratificantes que tampoco sería justo cargar contra ellos. A diferencia de otras producciones que apuestan por la tecnología de última generación para acercarse cada vez más al fotorrealismo, Arcane abraza la imperfección y la expresividad. La fuerza de la mirada de sus protagonistas resulta inmensamente emocional y natural, y eso es algo que destaca especialmente teniendo en cuenta que la serie no persigue una estética realista. La expresividad, el lenguaje corporal, y, sobre todo, los ojos de personajes como Vi y Jinx, transmiten una carga de sentimientos que pocas producciones animadas logran. Es un logro del que son testigo todos los elogios y premios acumulados por Fortiche con esta serie hasta la fecha, premios que seguramente se multiplicarán tras el estreno de esta segunda temporada.

No es perfecta, pero casi

Sin embargo, sería injusto no señalar algunos detalles que, sin estropear las sorpresas que la serie guarda (y para no romper el NDA que Netflix ha impuesto), merecen una mención. Esta segunda temporada, aunque increíble en muchos sentidos, no es perfecta. Algunos puntos de la trama parecen un poco apresurados, con momentos que parecieran haber sido recortados por los bordes para encajar en el esquema de episodios previsto. Estos momentos, aunque no restan valor al conjunto, hacen pensar que Arcane quizás necesitaba una temporada más para dar cabida a todo lo que plantea. Pero, siendo honestos, esto puede ser simplemente fruto de mi deseo de tener más episodios, ya que ahora mismo todos me parecen pocos.

Aún sin conocer el final de esta segunda y última temporada, me atrevo a decir que Arcane pasará a la historia de la animación como un referente en cuanto a narrativa, técnica y capacidad de emocionar. Tal vez si no se tratara de la franquicia LOL y del trabajo para Netflix de un estudio moderadamente modesto (digo "moderadamente" porque cuenta ya con tres sedes y unos beneficios en 2020 de más de 16 millones de euros), hablaríamos de un fenómeno global de mucho más alcance. Estamos ante una serie que no se conforma con entretener, sino que nos invita a cuestionarnos y reflexionar sobre el dolor, la venganza, y la lucha por la supervivencia, y lo hace con un buen gusto y una calidad artística excepcional.

A través de Vi y Jinx, nos enfrentamos a temas complejos, y con Caitlyn y su deseo de justicia, nos adentramos en un dilema moral que no deja a nadie indiferente. Con Jayce y Viktor de los peligros de la industrialización y la ética en los avances técnicos y científicos. Hablamos de injusticia social, del auge del fascismo y de la pérdida de los seres queridos. ¿Cuántos productos de entretenimiento hablan de todas estas cosas con la efectividad con la que lo hace Arcane?

En cuanto a fechas, los episodios de esta segunda temporada de Arcane llegarán a Netflix en tres actos en varias fechas de noviembre: los episodios 1, 2 y 3 el sábado 9 de noviembre; los episodios 4, 5 y 6 el sábado 16 de noviembre; y los episodios 7, 8 y 9 el sábado 23 de noviembre. Y yo no veo la hora de poder comentar cada uno de ellos con amigos y fans. Estoy deseando que mis redes se llenen de fanarts, gifs, memes e imágenes de esta serie que seguramente va a entusiasmar a todo el que la vea. Sea que seas un seguidor de League of Legends o un amante de la animación, la segunda temporada de Arcane tiene algo especial para ofrecerte, y no es nada menos que uno de los espectáculos visuales y emocionales más potentes de los últimos tiempos.

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