Chema Mansilla
Editor - Cine y TVEn la historia reciente del cine, pocos fenómenos han marcado un antes y un después de la industria como lo hizo El Proyecto de la Bruja de Blair. Más allá de su tremendo éxito en taquilla, esta película se distinguió por una campaña promocional magistral que llevó a muchos espectadores a creer que estaban presenciando un suceso paranormal real. Sin embargo, el engaño no solo se extendió a la audiencia; incluso el reparto principal, a pesar de conocer la naturaleza ficticia de la historia, cayó en la trampa de la leyenda que la película pretendía investigar.
La trama de El Proyecto de la Bruja de Blair gira en torno a tres estudiantes de cine que se adentran en un bosque de Maryland para documentar la leyenda local de la Bruja de Blair. La película, narrada a través del formato de "metraje encontrado", utilizó una narrativa aparentemente realista y técnicas de filmación rudimentarias, como cámaras de 6mm y Hi8, para sumergir a los espectadores en la experiencia. La leyenda cuenta la historia de Elly Kedward, una mujer acusada de brujería en el siglo XVIII en Blair, Maryland, que fue desterrada y dejada a morir en el bosque. Los acontecimientos paranormales que supuestamente ocurren durante el documental añaden un aura de autenticidad, haciendo que incluso los miembros del equipo que realiza el documental duden de la línea que separa la realidad de la ficción.
Cuando la ficción se Convierte en realidad para el reparto
El impacto de la película se extendió más allá de la pantalla, afectando profundamente a los actores principales: Heather Donahue, Joshua Leonard y Michael C. Williams. Durante el rodaje, los directores Daniel Myrick y Eduardo Sánchez llevaron a los actores a un nivel de inmersión extraordinario. El reparto, compuesto por actores relativamente desconocidos, fue enviado al bosque para acampar durante ocho días con una guía mínima y raciones de comida limitadas. Se les proporcionaron rastreadores GPS para encontrar lugares de filmación, y los cineastas aumentaron intencionalmente el miedo y la fatiga de los actores haciendo ruidos en el bosque durante la noche. Este enfoque único llevó a un rendimiento auténtico que trascendió la pantalla, contribuyendo al éxito impactante de la película.
Pero la convicción de los actores no se debía a este tipo de trucos para gestionarlos. En realidad Myrick y Sánchez fueron tan convincentes a la hora de presentarles el proyecto que los tres actores pensaban que la leyenda urbana existía de verdad.
El estreno de El Proyecto de la Bruja de Blair en 1999 marcó el inicio de una nueva ola de películas de "metraje encontrado" y redefinió el género de terror apostando por una perspectiva realista y cotidiana. El uso de actores desconocidos, la inmersión extrema en las condiciones de filmación y la mezcla de realidad y ficción se convirtieron en elementos fundamentales para el éxito de futuras producciones, como Paranormal Activity y REC.
A pesar de las tácticas de filmación aparentemente extremas, la película no solo fue un éxito en taquilla, sino que también dejó una huella indeleble en la cultura cinematográfica. Inspiró secuelas, remakes y, en última instancia, definió un nuevo estándar en la forma en que se aborda y presenta el horror en la pantalla grande.
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