Seguramente, El Imperio Contraataca es la película de la saga Star Wars que más momentos inolvidables acumula en su metraje: Yoda usando la Fuerza para sacar el Ala-X de Luke del pantano, la batalla de Hoth, Han Solo despidiéndose de Leia con un lacónico "Lo sé" que dice mucho más de lo que parece y Darth Vader revelando su auténtica identidad. Inolvidables de verdad, especialmente si formabas parte del equipo de rodaje. Y no solo por tu participación en una de las mejores y más famosas películas de la historia. También porque o bien te morías de frío durante el rodaje en Noruega o bien te asabas de calor en el set. Tanto calor, como para desmayarte.
Una jungla sudorosa
La producción de El Imperio Contraataca no fue un camino de rosas, precisamente. Más bien, fue una prueba de desgaste que puso a prueba a todo el equipo, desde el mismísimo George Lucas a los creadores de efectos especiales como el legendario Phil Tippett, a los actores y a los extras. Una de esta etapas tiene como protagonista uno de estos sets más espectaculares de la película, la cámara de congelación de carbono de Bespin, que no solo pasó a la historia por lo que ocurre en la pantalla, sino también por lo que vivieron los actores y el equipo técnico durante su rodaje.
El libro The Making of The Empire Strikes Back de J.W. Rinzler, que recoge detalladamente el proceso de producción de la película, revela cómo el rodaje de la famosa escena de la congelación de Han Solo en carbonita fue un verdadero infierno para todos los involucrados. Imagina trabajar en un set pintado completamente de negro, iluminado con luces anaranjadas que proyectan desde el suelo, y envuelto en nubes de vapor caliente que hacían que el ambiente se convirtiera en un caluroso y sofocante calvario. Robert Watts, productor de la película, no pudo evitar ironizar sobre el nombre del set: "Creo que las palabras 'cámara de congelación' están completamente equivocadas porque era como una sudorosa jungla".
Cómo se hizo Star Wars El imperio contraataca (Star Wars: Guías Ilustradas)
La temperatura en el set era tan elevada que los actores y el equipo sufrían constantemente de deshidratación. El vapor que se bombeaba al escenario no solo daba la apariencia de una atmósfera peligrosa y opresiva, sino que también causaba estragos en la salud de muchos trabajadores del set. De hecho, varios miembros del equipo llegaron a desmayarse durante las tomas. En particular, los actores que interpretaban a los ugnaughts, aquellos pequeños alienígenas que manejaban la maquinaria en la cámara de congelación, fueron los más afectados debido a su proximidad a las fuentes de vapor.
Pero los problemas no acababan ahí. El set en sí mismo planteaba un desafío adicional: solo se construyó la mitad del escenario, lo que obligaba al equipo a realizar constantes cambios de posición para capturar las interpretaciones de los actores desde diferentes ángulos. Uno de los problemas derivados de ellos es que algunos de los soldados de asalto, con la visión reducida debido a los cascos y con tanto humo y oscuridad, se caían de las pasarelas o por las escaleras desde una altura considerable. Esto complicaba todavía el rodaje, ya que el director, Irvin Kershner, tenía que estar muy atento para asegurar que cada toma encajara perfectamente con la siguiente, manteniendo la continuidad visual de la escena.
A un "te quiero" siempre se responde un "lo sé"
Kershner, un perfeccionista que se preocupaba profundamente por la autenticidad de cada momento, también tuvo que lidiar con las tensiones entre los actores principales de la secuencia, Harrison Ford y Carrie Fisher. Durante el rodaje de la escena, Ford y Fisher tuvieron una acalorada discusión, en gran parte provocada por cambios de último minuto en el guion. Ford, con su característico enfoque hacia la interpretación, colaboró estrechamente con Kershner para ajustar la famosa línea de Han Solo en respuesta a la declaración de amor de Leia. En lugar de un simple "Yo también te quiero", Ford sugirió el ahora icónico "Lo sé". Un cambio que, aunque generó dudas iniciales, finalmente se convirtió en uno de los momentos más recordados de la saga. Sin embargo, este proceso no fue fácil y afectó considerablemente a Fisher, complicando y alargando aún más un rodaje que ya de por sí era extremadamente difícil.
Imagen de producción del decorado de la cámara de congelación de carbono de El Imperio Contraataca
No es de extrañar que este ambiente sofocante y emocionalmente cargado haya quedado grabado en la memoria de quienes estuvieron presentes. Entre tantos grandes héroes y villanos, pocas veces nos acordamos de esos profesionales encerrados en sus armaduras de soldado de asalto o bajo densas capas de maquillaje y látex que ayudan a dar forma a los sueños. Su labor, a menudo invisible, es crucial para que podamos disfrutar de estos momentos inolvidables. Un saludo a esos amigos de la Legión 501, que tanto hacen por los chavales y que también sufren lo suyo con sus armaduras. Y si después de leer esto te ha picado el gusanillo de revivir esta y otras escenas épicas, recuerda que tanto El Imperio Contraataca como el resto de la saga Star Wars están disponibles en Disney+.
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