Lo siento mucho, Kraven es exactamente el estreno de cine que esperabas que fuera

Kraven The Hunter es la última película del universo arácnido de Spider-Man (sin Spider-Man) desarrollado por Sony en llegar a los cines. Literalmente, tras los tropiezos y caerse por un barranco de Morbius o Madame Web. Kraven cierra esta tortuosa relación de derechos de explotación de personajes secundarios de las aventuras del trepamuros. Y la verdad es que no lo hace por todo lo alto. No os diré que es una película peor que Madame Web o Venom 3, sus precedentes inmediatos, pero desde luego tampoco es mejor.

Kraven en la forma, no en el fondo

Si esperabas ver en pantalla una representación fiel de Sergei Kravinoff, el cazador obsesionado con superar a Spider-Man en las viñetas, estás en el lugar equivocado. La película parece desarrollada por un equipo que no haber leído leído un solo cómic en el que aparezca el personaje. En lugar del sanguinario cazador con un código moral retorcido, nos encontramos con una versión “ecologista” del personaje. Kraven se transforma en un defensor de la vida salvaje, enfrentándose a cazadores furtivos y conspiraciones familiares.

En términos narrativos, los temas ecologistas no están mal en sí mismos, pero resultan una completa desconexión del material original. En el mejor de los casos, esto es un malentendido del cómic; en el peor, una decisión deliberada de alejarse de él para intentar captar otro tipo de público. ¿Funciona? Difícilmente. Los fans del cómic quedarán decepcionados, y quienes lleguen sin conocer al personaje probablemente encontrarán una historia sin suficiente garra.

El Señor de las Bestias conoce a John Wick (pero peor)

La estructura y el tono de Kraven El Cazador recuerdan a una peculiar mezcla entre la clásica El Señor de las Bestias (1982) y un John Wick muy venido a menos. La película intenta balancear escenas de acción con un trasfondo emocional relacionado con la familia y la naturaleza, pero fracasa al no destacar en ninguno de estos aspectos. Las escenas de combate, aunque algunas resultan interesantes, carecen de inventiva y son predecibles hasta la extenuación.

Por otro lado, el guion no ayuda. Las motivaciones de los personajes son superficiales, y la trama avanza de forma predecible y sin sorpresas. Al final, lo de siempre: daddy issues. Esto se agrava con la incapacidad de la dirección para generar una atmósfera o un estilo visual que eleve el material. Lo que con algo de cariño o sinceridad a la hora de asumir sus propias limitaciones podría haber sido un ejercicio de acción desenfrenada y entretenimiento pulp termina sintiéndose como un producto genérico y olvidable.

Un desastre técnico

Uno de los aspectos más decepcionantes de la película es su factura técnica. Los efectos especiales, un elemento clave en cualquier producción de superhéroes, son poco convincentes. Escenas que deberían impactar visualmente terminan siendo distracciones debido a la mala calidad del CGI. Incluso elementos de la profesión tan básicos como el etalonaje de ciertas escenas es inconsistente, lo que provoca una sensación de desidia que uno no espera de una producción cinematográfica de alto presupuesto. Vaya, que es que ni se respetan los ejes de acción entre planos.

Por cierto, resulta llamativa la gran cantidad de escenas que aprecen en los tráiler y avances de la película y que luego, por algún motivo, no llegan a aparecer nunca en pantalla.

El reparto: luces y sombras

El reparto de Kraven es una curiosa mezcla de talentos desaprovechados y esfuerzos notables. Aaron Taylor-Johnson asume el papel principal con una energía encomiable. Con su interpretación pide a gritos convertirse en el próximo 007, y aunque su entrega es destacable, está limitada por un guion que no le permite brillar realmente. También es verdad que hay momentos en los que ni él mismo parece tomarse la película demasiado en serio.

Alessandro Nivola, como Aleksei Sytsevich (El Rino)

Por su parte, Russell Crowe interpreta al padre de Kraven con su característico carisma. Sin embargo, su actuación parece estar más orientada a un biopic de los últimos años de Orson Welles que a una película de acción moderna. Alessandro Nivola, como el villano Aleksei Sytsevich (El Rino), oscila entre lo absurdo y lo ridículo, evocando a los villanos más excéntricos de las peores películas de la mencionada saga James Bond. Lo mismo puede decirse de Fred Hechinger como Dmitri Kravinoff. Completa el reparto principal Ariana DeBose como Calypso, quien recibe un papel sin profundidad ni oportunidad de demostrar su talento.

Algunos momentos rescatables

No todo en Kraven El Cazador es negativo. De verdad que no. Algunas escenas de acción logran destacar, ofreciendo momentos de entretenimiento en un mar de mediocridad. Sin embargo, estos destellos son insuficientes para salvar una película que, en general, falla en la mayoría de los aspectos fundamentales. J.C. Chandor firma una de las peores películas que he visto este año y hace otro regalo a la ya saturada lista de películas que viene a demoler el buen trabajo que se hizo hace unas décadas a la hora de dignificar los superhéroes como género cinematográfico, poniendo todo de su parte para devolver a este tipo de películas la calidad que en los 90 las relegaba estanterías del fondo de los videoclubs.

Kraven The Hunter acecha en los cines desde su estreno en cines el 13 de diciembre. Si decides verla, hazlo con las expectativas muy bajas. Y si no, siempre puedes recurrir a las clásicas aventuras del trepamuros en los cómics o las películas del MCU. Recordad que de momento, la mejor película deKraven sigue siendo Spider-Man 2.

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