Los cómics de Atari Force se me han quedado grabados en la memoria a fuego. Fueron los primeros tebeos que, sin ser de superhéroes ni de Mortadelo, me atraparon de manera incondicional. Es cierto que piqué con ellos porque me recordaban un poco a Star Wars y que cuando los leía no los entendía bien del todo, pero aquellos retapados de Ediciones Zinco que mis padres me compraron en Galerías Preciados todavía tienen hoy una importancia capital en mi gusto por las aventuras espaciales, la space opera y la ciencia ficción en general. Y eso que en aquellos años yo no sabía la importancia real que tenían los cómics de Atari Force.
Un recuerdo de otro mundo
¿Recuerdas en Blade Runner el enorme anuncio luminosos de Atari? En los años 80 parecía que Atari era sinónimo de futuro. Hoy la historia es muy diferente, Atari es sinónimo de retro y de historia antigua de la tecnología. Pero para mí tiene el valor añadido de ser uno de los cómics más importante que he leído.
El universo de Atari Force nació en 1982, en un momento donde los cómics vivían una época de experimentación y reinvención. DC Comics, una subsidiaria de Warner Communications, colaboró con otra subsidiaria del grupo, Atari Inc., para crear una serie de cómics que acompañaran a los populares videojuegos de la época. Así surgieron los primeros cinco números de Atari Force, escritos por Gerry Conway y Roy Thomas, y con artistas de la talla de Ross Andru, Gil Kane y Dick Giordano. Estos cómics no solo estaban destinados a entretener, sino que servían de complemento narrativo a juegos como Defender, Berzerk, Star Raiders, Phoenix y Galaxian. En cada ejemplar, se narraban las aventuras de un equipo de astronautas liderados por Martin Champion, una suerte de versión futurista y espacial de los superhéroes que estaban de moda en la época.
Una continuación gloriosa
La primera serie de Atari Force, aunque limitada en extensión, sirvió de base para una segunda serie mucho más ambiciosa y elaborada que se lanzó en 1984. Esta vez, con José Luis García-López a los lápices y Gerry Conway en el guion, la historia dio un salto cualitativo y cuantitativo, expandiéndose a lo largo de 20 números hasta 1985. La trama seguía las aventuras de Martin Champion y su equipo mientras buscaban al temible Destructor Oscuro, un villano que amenazaba la existencia misma de la humanidad en su nuevo hogar, la Nueva Tierra.
El elenco de personajes de Atari Force era diverso y fascinante. Además de Martin y Hukka, el simpático alienígena mascota, la serie introdujo a nuevos miembros, muchos de ellos descendientes del equipo original: Christopher "Tempest" Champion, hijo de Martin y Lydia; Erin "Dart" Bia O'Rourke, hija de Mohandas y Li-San; Morphea, una empática insectoide; Babe, un gigantesco bebé alienígena con fuerza sobrehumana; y Pakrat, un ladronzuelo con apariencia de rata humana. Este enfoque en la segunda generación de héroes añadió profundidad y dinamismo a la historia, explorando temas de legado y responsabilidad.
Atari Force no solo destacó por su narrativa envolvente y su rica galería de personajes, sino también por el impresionante arte de José Luis García-López. Su estilo detallado y dinámico, combinado con un diseño de página innovador, hizo que cada número fuera visualmente espectacular. Si tengo que elegir mis cinco portadas de cómic preferidas, entre ellas siempre estará al del número 10 de esta serie. Incluso cuando Ross Andru tomó el relevo en los números 4 y 5, García-López siguió aportando su talento en las tintas, asegurando una coherencia artística que rara vez se ve en series tan largas.
A pesar de su éxito y de la calidad indiscutible de su arte y narrativa, Atari Force ha caído en el olvido debido a problemas de derechos. La serie nunca ha sido reeditada de manera completa, en gran parte porque la licencia con Atari caducó y los derechos se han perdido en el limbo legal. Este destino es compartido con otras franquicias icónicas como Rom y los Micronautas, que en los últimos años han tenido algo de mejor suerte en este sentido. Así que vamos a confiar en la Fuerza y pensar que todo va a salir bien y en algún momento se podrán volver a leer estos cómics de manera legal y sin pasar por manos de los especuladores. Es una verdadera lástima, ya que los 20 números del segundo volúmen de Atari Force representan una historia completa y fascinante que merece ser descubierta por nuevas generaciones de lectores.
Atari Classics: Swordquest
En 2015 Dynamite Entertainment anunció planes para reimprimir Atari Force y crear nuevos cómics basados en otros juegos clásicos de Atari como Asteroids, Missile Command y Centipede. Más suerte ha tenido Swordquest, rescatado del olvido en 2017 en la línea Atari Classics. Sin embargo los fans de Atari Force seguimos sin recibir una elegía y nos vamos cada noche a la cama con la esperanza de que algún día puedan volver a disfrutar de las aventuras de Martin Champion y su equipo en un formato moderno y accesible.
Para los que tuvimos la suerte de leer estos cómics en su día, Atari Force no es solo una serie de ciencia ficción más. Es un testimonio de una época donde los cómics podían explorar nuevas fronteras narrativas sin miedo, fusionando el mundo de los videojuegos con la narrativa visual de una manera que pocas series han logrado. No puedo terminar este artículo sin mencionar la historia de amor entre Dart y Blackjak. Junto a la pareja formada por Gámbito y Pícara en las páginas de los X-Men, si alguna vez he leído una historia de amor rodeada de explosiones, alienígenas y rayos láser mejor en los tebeos, esa ha sido la de Dart y Blackjak. Su romance, lleno de pasión y tragedia, es uno de los aspectos más memorables de Atari Force, un tesoro perdido que, con suerte, algún día volverá a brillar con la intensidad que merece.
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